La primera tormenta fuerte que ha sufrido Binéfar con las obras de la autovía, a su paso por la localidad, empezadas ha confirmado el temor del Ayuntamiento, apoyado en un estudio técnico, de que se producirían inundaciones de no construirse en la zona un tanque de tormentas. La intensa lluvia que el lunes dejó unos 30 litros de agua por metro cuadrado, en un espacio de poco más de media hora, anegó uno de los ramales de acceso desde la variante de la N-240 a la población, en el kilómetro 134, por lo que tuvo que ser cortado al tráfico en ese punto entre las 22.28 del lunes y las 7.55 de ayer martes.

Pasadas más de doce horas de la tormenta aún se apreciaba un gran charco en uno de los laterales de la carretera, justo en el lado opuesto al lugar donde se halla el ramal que se cerró.

En el último pleno ordinario, el pasado 29 de marzo, el Consistorio aprobó solicitar al Ministerio de Fomento una serie de mejoras en la infraestructura de la nueva autovía, ahora en construcción, que solucionen algunas deficiencias detectadas recientemente. Una de estas carencias es el posible riesgo de inundación en la zona centro de Binéfar, en el caso de lluvias intensas, si no se construye un tanque de tormentas que acumule las avenidas en momentos de lluvias copiosas y propicie una evacuación ordenada del agua. Según un estudio que maneja el Ayuntamiento, el riesgo surge de que las tierras que se han ocupado y modificado para la construcción de la autovía ejercían de contención y esponja de las aguas pluviales, pero, al desaparecer, el agua llegaría en tromba a al red local de saneamiento, colapsándola y provocando inundaciones de nuevo en el centro urbano. En este caso la inundación se ha producido en la propia infraestructura viaria, pero puede ser un anuncio de lo que puede estar por venir.