tras meses de inactividad

La reapertura del túnel de Bielsa anima de nuevo los negocios

Tras las obras, la galería se puso ayer en servicio con paso alternativo a ambos sentidos y esperas de 11 minutos.

El supermercado de Parzán se volvió a llenar de clientes franceses poco después de reabrirse el túnel
La reapertura del túnel de Bielsa anima de nuevo los negocios
M. P. L.

Tráfico abundante pero fluido. Así fue el primer día tras la reapertura del túnel de Bielsa-Aragnouet, que desde las 6.00 de este jueves permite la circulación, tras dos meses y medio de cierre total para realizar las obras de mejora y acondicionamiento del paso. Los semáforos en ambas bocas regularon el tráfico ya que por el momento será de sentido único hasta octubre de 2012, cuando concluyan definitivamente los trabajos. A partir de entonces, el Gobierno de Aragón solicitará a Francia que se recupere la bidireccionalidad.


Las colas que se iban formando de turismos y camiones no fueron muy largas y el tiempo máximo de espera era de 11 minutos en ambas vertientes. El tráfico fue continuo durante todo el día en los dos sentidos de la circulación.


En cuanto a las obras del interior, los conductores apenas notaron el cambio, aunque los vecinos de la zona aseguran que han estado trabajando día y noche durante todos los días de la semana. El piso del túnel se ha rebajado 50 centímetros para dar mayor altura al arco y se ha realizado una zanja de un kilómetro, un tramo muy costoso por la dureza de la roca, que provocó algún retraso en las obras. El túnel, mucho mejor iluminado que anteriormente, presenta doble carril, aunque solo uno está en uso y las zanjas laterales han sido cerradas, si bien todavía queda por echar la capa de rodadura definitiva, así como el hormigonado en las aceras, que se acometerán en la cuarta y última fase de los trabajos de modernización de esta infraestructura.


Los primeros franceses en cruzar se acercaron a la gasolinera de Parzán para visitar a los que ya consideran "amigos". Un vecino de Sarrantcolin, a unos 45 kilómetros de la frontera, saludaba al encargado del establecimiento. Suele venir cada semana, cuando está el túnel abierto, a repostar y a comprar, zumo, leche, fruta, así como el tabaco que le encarga algún conocido. "El litro de gasolina en Francia está 40 céntimos más caro, por lo que me gusta venir a España a comprar y llenar el depósito", explicó. Otro grupo procedente del País Vasco francés también hizo una parada para adquirir licores. "Llevo 32 años comprando en Parzán porque son muy simpáticos y siempre paro cuando voy a mi apartamento de Saint Lary", aseguró un vecino de Bayona.


Fueron más los franceses que vinieron a España que los aragoneses que cruzaron el túnel hacia el norte, ya que la falta de nieve ha obligado a retrasar la apertura de las estaciones de esquí hasta el próximo jueves 8 de diciembre.


Los empresarios de la zona más cercana al túnel recuerdan lo duros que han sido estos meses, en los que apenas llegaban entre cinco y siete coches al día. Tanto la gasolinera como el supermercado de Parzán han estado abiertos para dar servicio a los vecinos. Los trabajadores afectados por el ERE que tuvieron que presentar volvieron este jueves al trabajo y los empresarios confían en volver pronto al ritmo normal de trabajo. De hecho, este jueves fue un buen día en cuanto al suministro de petróleo.

Fallece uno de sus impulsores

El destino quiso que el mismo día que se abría el túnel de Bielsa falleciera a la edad de 67 años uno de sus mayores impulsores en la vertiente francesa, Dominique Martin, vecino de Loudenvielle (valle de Louron). Martin murió a las 5.00 después de haber estado una semana hospitalizado luchando contra una delicada enfermedad. Era todo un referente en el valle de Louron y Aure, con estrechos lazos históricos, comerciales y socioculturales con el Sobrarbe y el Somontano. Fue concejal de Loudenvielle por el Partido Socialista y junto al alcalde de Saint Lary Vicente Mir impulsó la construcción del túnel de Bielsa, en el que más tarde trabajaría. Luego, centró sus esfuerzos en la dinamización turística del valle de Louron, referencia del termalismo, del esquí y del turismo de calidad, cultural y sostenible. Ejerció de puente económico y social entre ambas vertientes del Pirineo y fue uno de los mayores preservadores de esta cultura, como se aprecia en su museo etnológico de Loudenvielle.