«Hemos llegado al Collado de Coronas y prácticamente tenemos conquistada la cima del Aneto. Nos queda un tramo todavía pero ya es accesible y, además, el 'Paso de Mahoma' no va a ser ninguna dificultad». Alfredo Boné, consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, empleó ayer este símil montañero para definir el acto celebrado en el Palacio de Congresos de Huesca con la presencia de un centenar de políticos y responsables de empresas del sector, que sirvió para poner la primera piedra simbólica al plan integral de depuración del Pirineo oscense.

Boné anunció que las primeras obras de este macroproyecto, que incluye la construcción de 297 depuradoras en 62 municipios de las comarcas de Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe y Ribagorza, comenzarán de inmediato y que su puesta en servicio se completará a mediados de 2012. La inversión en obra civil alcanza los 128 millones, a los que se suman otros 220 millones por los costes de explotación durante 20 años, sufragado al 100% por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.

El plan se ha dividido en cuatro zonas geográficas que coinciden con las cuatro comarcas pirenaicas. La P1 engloba la cabecera del río Aragón, la P2 se corresponde con la cuenca del río Gállego, la P3 con la zona de influencia de los ríos Cinca y Ara y la P4 con los ríos Ésera y Noguera Ribagorzana.

El consejero reconoció que ha costado que arrancara el plan «un poco más de lo que teníamos previsto» por las dificultades técnicas de los proyectos y las expropiaciones, ya que en un principio se había anunciado que las obras comenzarían en verano del año pasado. No obstante, afirmó que los trabajos «están a punto de empezar» y por tanto confía en que a mediados del año que vienen estén ya plenamente operativas todas las estaciones depuradoras. «Cumpliremos las fechas, pero si hay algún retraso estará plenamente justificado», remarcó.

Boné confesó que la jornada de ayer era para él «muy emocionante» porque «ya tenemos fecha para conseguir el saneamiento integral de los ríos pirenaicos, que son la fuente más importante de agua de Aragón ya que el 60% del caudal que el Ebro lleva al mar se produce en esta comunidad y la mayor parte de él procede del Pirineo oscense», recordó.

Además, el consejero de Medio Ambiente recalcó que con la puesta en marcha de este segundo plan de depuración de Aragón -el primero llegó a todos los núcleos de más de 300 habitantes y que supuso una inversión de 1.060 millones de euros-, «estamos en condiciones de lograr la depuración integral de los 15.000 kilómetros de ríos de la comunidad autónoma antes del año 2015, como marca la directiva europea».

Queda pendiente el tercer plan

Para ello, tiene que ponerse en marcha todavía el tercer plan, que afectará a los municipios de menos de 300 habitantes a excepción del Pirineo, algo en lo que el Instituto Aragonés del Agua y Sodemasa «llevan ya dos años trabajando», subrayó Boné.

El consejero de Medio Ambiente resaltó que el Plan Pirineos es un proyecto estratégico para la lucha contra la despoblación, «porque se va a actuar en comarcas donde la densidad no llega a los 3 habitantes por kilómetro cuadrado», y para el desarrollo económico ya que los estudios técnicos estiman que las obras de las 297 depuradoras y su posterior gestión y mantenimiento creará y mantendrá 7.000 puestos de trabajo, «y con los casi 100.000 aragoneses que hay en paro ahora, este plan nos viene como agua de mayo», destacó.

Alfredo Boné también elogió las bondades del sistema de colaboración público-privada que se ha empleado para poner en marcha este plan. Y en este sentido aseguró que «atendiendo a los presupuestos públicos del Instituto Aragonés del Agua, habríamos tardado más de 40 años en hacer todo lo que vamos a ejecutar en 7 u 8 años».

IU pide una moratoria

Por otra parte, Izquierda Unidad en Sobrarbe exigió ayer a Medio Ambiente que declare una moratoria sobre el plan de depuración de esta comarca para consensuar con la población qué sistema prefieren. La formación asegura que hay «dudas» sobre la efectividad del modelo de depuradoras químicas elegido por la DGA y que tiene elevados gastos de mantenimiento. «Frente a ello existen otros modelos como las plantas verdes con costes y mantenimientos mucho menores», sostienen.