SE PREVÉ UN 10% MÁS DE COSECHA

La campaña de recolección de fruta arranca en la provincia con más de 4.000 temporeros

La mayoría son españoles y de países de la UE. Ayuntamientos y sindicatos no han detectado problemas de alojamiento.

La campaña de la fruta da trabajo a cientos de extranjeros
La campaña de recolección de fruta arranca en la provincia con más de 4.000 temporeros
CONCHA SILVÁN

Los agricultores de la Litera y el Bajo Cinca emplearán en este inicio de la campaña de fruta a más de 4.000 temporeros, la mayoría españoles o procedentes de países comunitarios. Se espera que este año aumente ligeramente el empleo temporal en el campo, ya que se prevé un 10% más de cosecha.


Ayer todavía no se conocían los datos de empleo de mayo, pero a tenor de las cifras del año pasado, las contrataciones en el sector agrícola rondarán las 3.000 en ese mes y las 1.300 en junio, un 90% en comarcas frutícolas y el resto en zonas de cereal y huerta de Monegros. Solo en Fraga se formalizaron 1.260 contratos en la agricultura en mayo de 2010. Otros municipios donde se dispara el empleo por estas fechas son Alcolea de Cinca (44 en 2010), Belver de Cinca (120), Binaced (95), Osso de Cinca (97), Torrente de Cinca (462) y Zaidín (342). La contratación se mantendrá, aunque con cifras más bajas, en julio (1.157) y agosto (1.303).


La técnico del sindicato UAGA en Fraga, Beatriz Espuña, confirma que el mes fuerte de contratación es mayo y que espera que haya más temporeros este año en consonancia con la mejor previsión de cosecha. Si la producción en 2010 alcanzó las 221.072 toneladas en la provincia (casi la mitad de todo Aragón), esta temporada se prevé un 10% más, dado que hasta ahora el tiempo ha respetado las cosechas, con ausencia de pedrisco y heladas. Se está en plena recolección de la cereza y el albaricoque, que luego dará paso al melocotón y la nectarina.


Los mismos trabajadores


Según Beatriz Espuña, la presencia de muchos inmigrantes asentados en la zona garantiza suficiente mano de obra. «Son los que hacen casi todo el trabajo, casi siempre con los mismos empresarios, hay bastante fidelización», explica. Ya no se recurre a contingentes, y en buena medida se opta por ciudadanos comunitarios, rumanos y búlgaros. La crisis ha hecho que también haya disponible mano de obra nacional. «De mayo a septiembre trabajan aquí, luego se van a coger naranjas a Valencia, y más tarde a la aceituna a Andalucía», añade la técnico de Uaga, cuya oficina se encarga de facilitar las contrataciones.


El Ayuntamiento de Fraga, donde más temporeros se concentran, no ha detectado problemas por el alojamiento o la presencia masiva de personas en busca de trabajo. La situación es de «normalidad», afirma el concejal de Policía Local, Francisco García. Según él, el panorama es distinto al de pueblos frutícolas de Valdejalón y Campo de Cariñena, donde cientos de temporeros de distintas nacionalidades ocuparon corrales y casetas de campo abandonadas. «Aquí hay muchos recolectores que tienen alojamientos en las fincas para sus trabajadores, y los fines de semana los bajan a la ciudad en autobuses», añade. No obstante, espera que pronto se reúna la Junta Local de Seguridad. Este organismo se convoca cada año por estas fechas para planificar la campaña, pero la celebración de las elecciones ha alterado el calendario.


Beatriz Espuña coincide en que no hay problemas de alojamiento, porque suelen ser los propios agricultores los que disponen espacios en las fincas, o bien, al tratarse de trabajadores residentes en los municipios productores, tienen su propia casa.


A juicio de Fernando Luna, presidente de Asaja Aragón, la contratación es «escalonada» y se está haciendo de forma ordenada, «ya no se producen las avalanchas de temporeros de años atrás, hemos aprendido a organizarnos», un mérito que en parte atribuye a las cooperativas y las organizaciones agrarias.


De Gambia, Mali y Senegal. Vicente Urgelés es un agricultor socio de la Oficina Municipal de Coordinación Laboral de Tamarite, que se ocupa de encajar los intereses de los contratantes y los temporeros desde hace varios años. En este momento se realiza el aclareo de nectarinos, para lo que tiene contratados una docena de trabajadores -la mayoría de Gambia, Mali y Senegal-, de los que casi el 50% repiten de años anteriores.


Ocho años en la misma finca. En la finca de Adolfo Gramún, en el barrio de Miralsot de Fraga, ahora recogen albaricoques y hay empleados 10 trabajadores extranjeros -en la temporada de cereza, que ya ha terminado, 20-. Son rumanos, con lazos familiares y de amistad. Este empresario agrícola confia en el mismo grupo desde hace 8 años. Les paga un plus de transporte desde Fraga, donde viven en el casco antiguo.