FRANCISCO ELBOJ

Ciudadano Elboj o una senda política perfectamente dibujada

Lleva 30 años en el Partido Socialista y se enorgullece de la confianza en él depositada, que lo han llevado a distintos cargos que miran a Huesca.

Ciudadano Elboj o una senda política perfectamente dibujada
Ciudadano Elboj o una senda política perfectamente dibujada

Está como un niño con zapatos nuevos. No pierde oportunidad de recordar que se va del Ayuntamiento de Huesca porque así lo ha decidido, porque así lo decidió hace prácticamente cuatro años, cuando se confirmó como cabeza de lista por el PSOE para la Alcaldía por tercera vez consecutiva. De tanto decirlo, ha sabido convencer incluso a los más incrédulos de que su determinación no fue consecuencia de un arrebato. Lo que está claro es que no ha dado oportunidad a la historia de derribarlo en las urnas.


Once años de mandato dan para mucho, bueno y malo, y Fernando Elboj tiene de todo en su cuenta particular. Dicen de él que no ha sido mal alcalde, pero que no es un buen político, atendiendo, seguro a su carácter. Él mismo reconoce que todavía tiene que aprender a delegar, a entender que no porque se esté más pendiente de las cosas, estas van a salir mejor. Un muestra de esta forma de ser es la acumulación de responsabilidades a lo largo de sus tres mandatos para terminar gestionando, además de la alcaldía, el área de Urbanismo y Medio ambiente. Sin contar su tarea como senador. Sus oponentes han echado en falta algún café y alguna charla. En el extremo positivo de la balanza se pone su dedicación y esfuerzo.


Así ha sido siempre. Quiso ser profesor de Geografía e Historia y a los tres meses de terminar la universidad empezó a dar clases. Se empeñó en ser catedrático y lo consiguió. Más tarde, quiso ser candidato del PSOE a la alcaldía y lo fue, lo mismo que alcalde. Ahora quería irse, y se va. Reconoce, de todas formas, que en lo que política respecta ha tenido suerte porque el PSOE ha confiado totalmente en él. Lo ha hecho en distintas ocasiones y para distintas responsabilidades. Esta confianza llena de orgullo a Elboj, que confiesa que nunca ha tenido grandes aspiraciones de márquetin, ni grandes planteamientos porque él lo ciñe casi todo a su realidad más cercana, que es pequeña y sencilla, como los platos de cuchara que le gustan y el orujo que se permite tomar de tanto en tanto. Si tiene otros caprichos más caros, no se le conocen.


Pocas veces trasciende su estado de ánimo. Tal vez en alguna ocasión deja entreabierta la puerta de sus pensamientos a través de ese blog que no deja lugar a las repuestas. Pero nunca deja entrever sus intenciones hasta que no están seguras de tanto moldearlas. Disciplinado y metódico, ya ha marcado en su agenda las cosas que hará el domingo y el lunes, y entre ellas está la de ir a comprar a un centro comercial, cualquiera de Huesca, y contemplar las ofertas de los estantes.


Tomar un café, leer algo que no sean periódicos, ir al cine o tomar el sol son algunos de los planes que ya tiene en mente Fernando Elboj para las horas que le deje libre el Senado. Sabe que se adaptará fácilmente a su nueva y buscada vida porque, como él dice, "si no te adaptas a las nuevas realidades, las realidades te absorben y te dejan en la cuneta". Y él, que siempre ha sabido manejar sus riendas, no se quedará en el arcén.