LA LITERA

Binéfar degustó el recao, pero la lluvia obligó a trasladar la fiesta

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Varios vecinos recogen su ración de recao
Binéfar degustó el suculento recao, a pesar a la lluvia
CONCHA SILVáN

BINÉFAR. Un centenar largo de personas desafiarona la lluvia y el mal tiempo que ayer se apoderó de la tarde binefarense y se negaron a renunciar al sustancioso recao de Binéfar, que cada año preparan las mujeres de la Asociación de Viudas Sofía por encargo de la concejalía de Cultura para celebrar San Jorge.

La lluvia que comenzó a caer sobre Binéfar a las seis de la tarde impidió repartir el recao en la plaza de España, como es habitual. No obstante, la concejal de Cultura, Yolanda Gracia, decidió trasladar el reparto al porche o pasadizo de la casa consistorial, en la misma plaza, donde se aprovechó el pequeño abrigo que ofrece para montar las mesas de reparto, mientras los vecinos que se sumaron al acto hacían cola como podían para no mojarse. El apetitoso cocido, que el cocinero local Teodoro Bardají inmortalizó en sus libros como recao de Binéfar, atrae cada año a binefarenses de todas las edades, porque cada año son más los jóvenes que se suman a esta fiesta culinaria. Tampoco son raras las personas que se acercan con un envase para llevarse el cocido a su casa y degustarlo tranquilamente a la hora de cenar, en lugar de hacerlo en la plaza.

Degustar el plato fue lo más difícil ayer, ya que no se disponía de las bancadas corridas de la plaza ni las mesas que instala la concejalía, porque, según comento Gracia, "creíamos que la gente se llevaría el recao a casa". Pero, mejor o peor, los asistentes al acto se organizaron para degustar el sabroso plato, que ayer venía muy bien para entonar el cuerpo ante la bajada de temperaturas.

De las setecientas raciones de recao que se hacen cada año para repartir en la plaza de España entre los binefarenses, este año solo se repartió solo una parte, ya que el resto se llevó a la Residencia de Mayores de Binéfar, puesto que se pensó que no habría la demanda de otros años. Respecto al resto de actos previstos, la jornada solidaria con Haití tuvo que ser suspendida, mientras que la feria de libros y flores solo pudo aprovechar las horas matutinas.