Alertan de que el sector del porcino pierde medio millón de euros por semana

El sector del porcino en la provincia de Teruel sufre pérdidas de medio millón de euros semanales desde mediados del año pasado. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA, en Aragón, alertó ayer de esta crítica situación que afecta especialmente a las pequeñas explotaciones familiares de ciclo cerrado, unas 250, aquellas que, en gran medida, aportan la materia prima para la producción de jamón de Teruel con Denominación de Origen.

Para la organización sindical –integrada en la estructura de la UGT–, la crisis del porcino está afectando también a otros sectores profesionales, como el de los veterinarios o los laboratorios de medicamentos. "La rentabilidad de muchos negocios se está yendo a pique", advirtió el secretario de UPA-Aragón, José Manuel Roche. En este panorama, no obstante, no saldrían tan mal parados los grandes cebaderos de ciclo integrado, "que arriesgan menos", agregó el secretario de UPA.

Las causas que están ocasionando un declive del porcino en Teruel son las mismas que afectan al sector a nivel aragonés y nacional, pero el enorme peso económico que dicha actividad tiene en la provincia turolense, con 2.000 empleos directos y otros tantos indirectos, hace que la situación sea "muy preocupante", subrayó Roche.

Entre ellas se encuentra el cierre del mercado ruso, principal destino de exportación para la carne de cerdo de Aragón, y la saturación existente en Europa de este producto. A ello se une el incremento en los últimos meses de los costes de producción –pienso alimenticio, medicamentos y agua, entre otros–. Mientras al ganadero le cuesta 1,12 euros producir un kilo de carne, él solo percibe a cambio 0,96 euros."Año negro"

La crisis del porcino no es la única sombra que se cierne sobre el sector agrícola y ganadero de la provincia de Teruel, el cual, a juicio de UPA, ha vivido a lo largo de 2015 "un auténtico año negro" que ha hecho regresar la renta de los profesionales a niveles de hace tres lustros.

De las 200.000 hectáreas en producción –dedicadas principalmente al cereal y a los frutales–, más de 52.000 hectáreas –una cuarta parte– fueron declaradas siniestro por efecto de la sequía, el pedrisco, lluvias torrenciales, heladas o fauna. Las granizadas destruyeron la cosecha en cerca de 20.000 hectáreas distribuidas principalmente por el Bajo Aragón, el Jiloca, la zona de Montalbán y la Hoya de Teruel. En cuanto a daños causados por animales, los jabalíes, corzos, cabras monteses, ciervos y conejos estropearon los cultivos en 2.500 hectáreas, siendo la Sierra de Albarracín la más afectada, con 1.500 hectáreas perjudicadas.

A ello hay que sumar el actual reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que, basadas en el sistema de estratos, dejan a los agricultores turolenses en inferioridad de condiciones, una situación que podría frenar la tendencia alcista que sigue la incorporación de jóvenes al campo turolense, según explicó Vanesa Polo, de UPA.