Jalar: una idea para acercar a hosteleros y clientes
El sector se debate sobre la manera de solucionar el problema de los comensales que no se presentan.

Pasadas ya las estrecheces en aforos que trajo la pandemia, la hostelería se enfrenta ahora a nuevos retos. Al que más vueltas se está dando en los últimos tiempos es al de cómo solucionar un problema endémico del sector pero ante el que los restaurantes empiezan a rebelarse: los clientes que reservan mesa pero no se presentan y además no avisan.
Dejando aparte cuestiones morales y de educación básica, la costumbre (conocida en el mundillo por el término ingles de 'no show') tiene consecuencias económicas y organizativas. Además del lucro cesante para el negocio, se producen perjuicios en cadena: se malgasta género, se dice que no injustamente a otros clientes interesados y produce interferencias en el normal desarrollo del servicio.
El asunto y su solución trascienden en cierto modo a los propios negocios en un mundo digitalizado, donde muchas reservas se hacen ya por internet o a través de apps. También los restaurantes se sirven de ellas para su organización.
En este magma, el emprendedor zaragozano Eduardo Aguerri lanza su idea, Jalar, una plataforma que busca situarse en el punto medio entre hosteleros y clientela, pensar en las necesidades de unos y otros. Que el comensal se comprometa con su intención de ir al restaurante, pero que a cambio obtenga algunas ventajas.
Aguerri es ambicioso, hasta el punto de que con Jalar aspira a mejorar la vida de los hosteleros tratando de ordenar al máximo posible su tiempo y reduciendo el margen de improvisación a ambos lados de la barra. El pivote principal de su propuesta es que los clientes no solo reserven a través de la herramienta, sino que incluso concreten (y paguen) la comanda (por lo menos la que se refiere a los platos principales). Así, los hosteleros podrían no solo controlar los aforos, sino incluso el género. Pero, ¿qué obtiene el cliente ante este compromiso? Según Aguerri, la posibilidad de ajustar lo más posible sus necesidades a lo que finalmente obtendrá.
Jalar propone un motor de búsqueda cuyos resultados se ajusten casi como un guante a los gustos del cliente atendiendo a muy diversos criterios: desde la ubicación concreta (y un radio razonable) a la oferta gastronómica, incluyendo incluso intolerancias, o al presupuesto. Aguerri defiende que Jalar resulta muy útil para grupos numerosos "donde siempre hay uno que pringa organizando, llamando o cancelando". Y cuyo posible 'no show' es especialmente problemático para los hosteleros.
La idea es que el cliente introduzca en la plataforma las características del grupo y sus necesidades concretas. Jalar da la posibilidad de votar sobre los resultados obtenidos y una vez llegado a un acuerdo, cada comensal pagaría previamente su menú. Jalar incluiría un servicio que avisaría del porcentaje de aforo que queda en el restaurante y cuál es el riesgo de quedarse sin sitio.
La filosofía de Aguerri es que se puede pedir más compromiso al cliente, incluso un pago previo, siempre que se le devuelva seguridad y comodidad: que el postre que pides no se va a acabar, que el espacio físico va a ser el adecuado, que cada comensal va a llegar al comedor prácticamente a mesa puesta-
Aguerri piensa en Jalar de acuerdo a un modelo de negocio basado en una suscripción de 15, 30 o 60 días.