La recena

Sheila Herrero: "Echo picante en todo, hasta en la Coca Cola"

La patinadora Sheila Herrero colabora en la prevención de la anorexia dando charlas.

La patinadora Sheila Herrero se sienta a la mesa de pizzería D’Arte, en Zaragoza.
La patinadora Sheila Herrero se sienta a la mesa de pizzería D’Arte, en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Uno de los primeros recuerdos que tiene la patinadora Sheila Herrero vinculado a la cocina y a la gastronomía, en general, es el de las 30 albóndigas que se comió en el colegio Domingo Miral. Tenía siete años y el reto formaba parte de una apuesta que ganó. Por aquel entonces ya era muy competitiva, aunque el empacho le sentó fatal.

Probablemente este detalle empezó a encaminar sus gustos culinarios: poca carne y mucha verdura y pescado en su dieta. La única etapa en la que tuvo que cambiar de hábitos alimenticios fue tras fichar por un club profesional estadounidense. "A todas horas había hamburguesas para comer; así volví a España", recuerda.

Y eso que durante los años en la alta competición, Sheila no cuidó especialmente la alimentación. "Por supuesto, nunca tuve un nutricionista; los guisos de mi madre eran mi mejor medicina, así que durante mucho tiempo competí con más de 60 kilos, pero no tenía ningún problema porque lo ganaba todo", desde las pruebas de velocidad a las de 42 kilómetros.

La Patinadora, con cuatro récords y 15 títulos mundiales, reconoce que el queso le "vuelve loca", sobre todo en las pizzas de verdura.

Sus 27 medallas mundiales y las 67 europeas, además de los títulos de España y de Aragón, así lo avalan. Hasta que en Italia, tras fichar por otro equipo profesional, "me dijeron de muy malas maneras que tenía que bajar de peso". Aquello le marcó y le generó problemas de anorexia sobre los que hoy en día, a través de la asociación Fony, intenta concienciar y prevenir a los niños y adolescentes junto a policías, médicos y bomberos.

"Hay que comer sano y de todo". Esta es la mejor receta que se le ocurre a la campeona aragonesa. Ella intenta ponerla en práctica cada día. "Hace algunos años le dije a mi madre que quería aprender a hacer todos sus guisos, ranchos y paellas, y estoy contenta de haber dado ese paso", reconoce.

Sheila ha viajado a más de 30 países y tiene claro que "como en España no se come en ningún sitio". La patinadora le da un valor especial al momento del desayuno, que siempre acompaña de una tostada con tomate rallado y distintos ingredientes que cambia cada día.

"Hace algunos años le dije a mi madre que quería aprender a hacer todos sus guisos, ranchos y paellas"

Durante los años en la élite, reconoce que los carbohidratos "eran fundamentales para competir", de aquí que la pizza se haya quedado como una de sus elaboraciones preferidas. "Pero de calidad –matiza–, preparada con una buena harina para que sea digestiva".

La pizzería D’Arte (c/ Santa Teresa de Jesús, 24) es una de las que más frecuenta. "No como grandes cantidades; si pruebo dos porciones ya tengo suficiente, así que el resto me lo llevo a casa y tengo para el día siguiente".

En su día a día las proteínas las ingiere, sobre todo, a través de los huevos, "que me encantan cocidos o en tortilla". Una de las herramientas de cocina que ha descubierto recientemente y que utiliza mucho es la freidora de aire. "Es más saludable que la de aceite convencional, ya que cocina los alimentos con bastante menos grasa".

Además de los guisos de su madre, dos de los platos que más le gusta preparar son pulpo a la gallega y calamares guisados. Para esta receta los corta a rodajas y los deja un tiempo cociendo en su propio jugo para que se ablanden. Luego hace un sofrito con zanahoria, pimiento, cebolla y ajo y añade vino blanco. A continuación incorpora los calamares y unas gambas prácticamente al final del guiso. E imprescindibles, dos cayenas. Sheila siente devoción por el picante. "Lo echo en todos los platos y hasta en la Coca Cola".

Pizza, bravas y berenjena con miel

La pizza que más le gusta a Sheila Herrero del restaurante D’Arte es la de cebolla confitada, rulo de cabra y Pedro Ximénez. De vez en cuando también pide otra en la que la salsa de tomate se sustituye por una crema de calabaza, verduras salteadas y mozzarella.

Algunos de sus platos favoritos, como la pizza, las bravas baby o palos de berenjena.
Algunos de sus platos favoritos, como la pizza, las bravas baby o palos de berenjena.
Francisco Jiménez

Al margen del recetario de pizza y pasta, le llama la atención la presentación de las patatas bravas baby, que salen a la mesa confitadas y fritas. Y también picotea en alguna ocasión berenjenas con miel. El cocinero Felipe López las ofrece en bastoncitos. "Mi madre me las preparaba así diciéndome que eran patatas fritas; era la forma que tenía de hacerme comer verdura", reconoce.

A la hora de salir, a Sheila Herrero le gusta moverse por Torrero, su barrio de toda la vida. En las plazas de las Canteras y en la que lleva su nombre es donde más disfruta hablando con los vecinos.

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