Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Vinos vestidos con fécula de patata

Algunas bodegas aragonesas velan de forma especial por el medioambiente, no solo en la elaboración.

Los tres vinos -tinto, rosado y blanco- en los que se prescinde de las cápsulas.
Los tres vinos -tinto, rosado y blanco- en los que se prescinde de las cápsulas.
Bodega San Valero

El apellido ecológico luce en las etiquetas de muchos vinos, cada vez más. Un rasgo que honra al sector en general, ya que delata su esfuerzo por conseguir un mejor producto sin renunciar a una serie de valores como el cuidado del medioambiente.

En la geografía aragonesa se descubren bodegas que van más allá y la sostenibilidad cruza la barrica. Llega, literalmente, hasta la botella, ya que miman que su envase sea más respetuoso y así conseguir redondear el vino para que sea más ecológico.

En el mercado se pueden encontrar vinos de la tierra que visten etiqueta de fécula de patata que no se sujeta con el adhesivo o cola común, sino que se trata de una faja que abraza la botella y que se sostiene con el mínimo pegamento. Así es el trío de Bodegaverde de San Valero. Los vinos jóvenes de la rana -el rosado-, la abeja -blanco- y la mariquita -tinto-, que son un brindis por la naturaleza.

"Queríamos que el empaquetado fuera responsable", recuerda Javier Domeque, responsable de márquetin de esta bodega de la denominación de origen de Cariñena. Tal vez la única pega es que cuando la botella permanece bastante tiempo en la cubitera, la etiqueta se arruga un poco.

"También eliminamos las cápsulas", añade Domeque. Sin embargo, para la exportación se han visto obligados a ponerlas de nuevo, ya que la normativa lo pauta. Este gesto del proyecto de Bodegaverde se ha extendido a otros vinos de San Valero; muestra de ello es 801, que perdió la cápsula con su último rediseño y en la actualidad deja el corcho más a la vista.

Precisamente, sus corchos velan por la naturaleza, ya que se conciben como biodegradables. Ecovidrio considera los corchos naturales y aglomerados como la mejor opción frente a otros que se encuentran en el mercado, en concreto los sintéticos -ya sean biopolímero o de plástico- y los de rosca.

En la misma línea, la entidad ecologista recomienda usar cascos más ligeros. "En general, cuanto menor peso, menor es el impacto global. Por ello, es importante fomentar la reducción del peso de las botellas", dice en su guía de buenas prácticas para el sector vinícola. El color puede ser otro elemento diferenciador: mejor verde que ámbar y mejor ámbar que incolora o con otros acabados.

La abeja, la rana y la mariquita no son casualidad. Estos tres vinos proceden de un viñedo reconvertido a ecológico durante 5 años, donde habitan estos tres animales. Se trata de unas cepas que se extienden en 310 hectáreas de la localidad zaragozana de Almonacid de la Sierra, entre 500 y 700 metros de altura en la sierra de Algairén.

Este proyecto de Bodegaverde les hizo merecedores de tres distinciones en los premios Organic Wine Award International 2022, dos oros y una plata.

También con sello. Esta forma de preservar el medioambiente se da la mano con Ecowine, un sello que indica la sostenibilidad de la bodega durante el proceso de producción y en toda la cadena de elaboración. De este proyecto forman parte un total de catorce bodegas, entre las que se encuentran nueve aragonesas. Pagos del Moncayo, Borsao, Grandes Vinos, Esteban Marín, Bodegas Aragonesas, Laus, San Valero y Covinca, cuya incorporación se ha confirmado recientemente.

Todos estos gestos contribuyen a que el brindis piense más en verde, aunque la copa esté teñida de tinta, rosada o blanca.

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