gastronomía
Los turrones artesanos que más triunfan en las mesas aragonesas
Desde hace unas semanas, los turrones ya visten de Navidad los escaparates de las pastelerías de Aragón, ¿pero cuáles son los favoritos?
Los turrones son un clásico de estas fechas y desde hace varias semanas son los protagonistas de muchas pastelerías en Aragón. En estos comercios apuestan por la innovación, muestra de ello es que cada año se pueden encontrar nuevos sabores –algunos de ellos muy atrevidos-, pero sin dejar de lado las fórmulas de siempre, esas que han pasado de padres a hijos.
Hace unos días Heraldo.es propuso una encuesta para conocer cuál es el turrón preferido por los aragoneses, ese que no falta en sus hogares cada Navidad, que sabe a tradición y que es un perfecto colofón para las comidas y cenas con familia y amigos. Tras el recuento de los votos, ya están aquí los más deseados, que se localizan en pueblos y ciudades de toda la geografía aragonesa.
Los turrones favoritos de los aragoneses son los del Horno Ismael, en Zaragoza, seguido muy de cerca por los de Turrones Marquesán, en la localidad turolense de Híjar. El que más triunfa de la pastelería hijarana es el de trufa blanca, que en la actualidad también elaboran con avellanas caramelizadas. "Es un éxito", reconoce Pascual Marquesán, nieto del fundador. Son recetas de antaño, que modifican en función del cambio de gustos.
El 'top 5' lo completa Granja del Río, en Illueca, Ascaso de Huesca –con tiendas en la ciudad oscense, Zaragoza y Madrid- y la Bombonera Oro. En el caso de Ascaso, a sus sabores tradicionales, este año han sumado el de mazapán con una reformulación del 15% menos de azúcar, Tonka –con fruta de la pasión, guayaba, coco y caramelo– y Crujen –base de chocolate con leche con avellanas, perlas de cacao y fragmentos de barquillo–.
Por su parte, en el escaparate de la Bombonera Oro, en el Coso, uno de los que más pasiones levanta es el turrón Zaragoza, además de ser de los más antiguos que elaboran en su obrador.
Entre las más votadas también encontramos Pastelería Puente, de Sos del Rey Católico, La Artesa de Zaragoza, La Golosa de Huesca y Mantequerías Sanz, en la capital aragonesa. Ha sido muy mencionada Muñoz, en la misma plaza del Torico de Teruel. En 1855 Cayetano Muñoz abrió un negocio dedicado a la fabricación de cirios y velas que con el paso del tiempo se transformó en un obrador de dulces y turrones que vendía junto a su esposa, Juana Civera. Después tomaron el relevo de Cayetano, Lorenzo, Florencio, Fernando, Rosa María y Florencio hasta que en los 90 se incorporó otro Florencio, el tataranieto de Cayetano.
Sin salir de la provincia turolense, se ha votado Pastelería Belenguer de Alcorisa, donde el turrón de nata y nuez es uno de los más valorados, además, pueden alardear de haber recuperado una antigua fórmula: almendra en piedra. Manuel Segura, en Daroca, es otro de los clásicos y queridos por los aragoneses.
En Zaragoza, Tartas Melba, Fantoba y Tupinamba se suman a la clasificación. En Jaca han destacado La Suiza y Echeto, con turrones artesanos con décadas de tradición. "Comer un turrón artesanal es un plus", lo definía la tataranieta de los fundadores de Echeto, Teresa. Hace más de 130 años ya se elaboraban turrones y ahora la oferta es mucho más amplia: duro, blando, Toledo, Cádiz... En la ciudad bilbilitana no podían faltar los de la pastelería Micheto y Alejos en Alcañiz, además de Berdún de Alcubierre.
En esta ocasión se han conseguido en torno a 350 respuestas, lo que demuestra que Aragón es fiel a su tradición laminera, como ocurrió en las encuestas de las palmeras de chocolate, de chocolate con churros o de los dulces más típicos de la Comunidad.
