El gastroescape aterriza en Aragón
Se trata de un nuevo juego de escape que se desarrolla en la Escuela de Sabor del chef zaragozano Daniel Yranzo.
Parece que fue ayer cuando el primer juego de escape llegó a nuestro país. En concreto hace seis años. Hoy, el éxito de esta modalidad de ocio alternativo, como muchos lo denominan, es innegable. En Aragón ya hay varias propuestas de todo tipo en este campo: las hay de aventura, terror, cinematográficas o científicas. Sin embargo, había una que todavía no había llegado a tierras aragonesas. Se trata del fenómeno conocido como ‘gastroescape’.
Y, ¿en qué consiste? Pues, como su propio nombre indica, en combinar dos actividades tan de moda como estos dinámicos juegos y la cocina. Así nace el ‘La recepción gastronómica de Tsai Ing-Wen’, el primer ‘gastroescape’ de Aragón de la mano del chef Daniel Yranzo y el diseñador del juego y game master Fernando Sanz, de @Frikieventosrow.
“Hace cinco años abrí junto a mi pareja y socia, Marta Villuendas, esta Escuela de Sabor -calle Prudencio, 36-, concebida como un lugar en el que siempre estén pasando cosas que tengan que ver con la comida”, relata el chef zaragozano. Daniel Yranzo, conocido por su participación en el programa La Pera Limonera de Aragón TV, y experto en cocina internacional y aragonesa, eso sí, actualizada.
Un proyecto que nace con el objetivo de desarrollar experiencias en torno a los fogones del establecimiento. Por eso, cuando les llegó una propuesta del Programa 12 Lunas, del Ayuntamiento de Zaragoza, de desarrollar una actividad original dirigida a jóvenes de entre 14 y 30 años, surgió la idea. Fue así como se puso en contacto con la empresa zaragozana ‘Coco Room’, para pedir que diseñase este juego.
De esta forma llegaron hasta Sanz, creador de juegos de escape locales como ‘Edén’ o ‘El concurso del fin del mundo’, y conocido por llevar más de una década elaborando actividades de ocio intelectual como el gran trivial de Los Simpson. “Queríamos unir dos conceptos de moda, y que gozan de un gran tirón, y para ello necesitábamos a un experto en este tipo de juegos”, continúa. Tan solo había una premisa, aparte del escenario en cuestión: “Que tocase la cocina fusión asiático-aragonesa”.
El juego comienza con un audiovisual que explica que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen; va a visitar la capital aragonesa para reunirse con el instituto europeo de Innovación y tecnología (EIT). “Se ha concertado una recepción gastronómica previa, y el chef Yranzo es el encargado de preparar la cena. Sin embargo, serán los jugadores quienes, delantal en mano, deberán dar con todos los ingredientes”, relata Sanz.
Durante 60 minutos, los participantes -o pinches-, divididos en dos grupos de hasta cinco personas, deberán abrir armarios, cajas con candados de todo tipo, meter las manos en la masa y poner a prueba los cinco sentidos para dar con los ingredientes de la receta. “Y ojo, porque habrá muchas sorpresas”, advierte el diseñador del juego. Una vez superada esta fase, tocará ponerse manos a la obra y elaborar una serie de platos, que los participantes podrán degustar antes de finalizar la experiencia.
“En un momento en el que todo es tecnológico y virtual, se nota que la gente necesita volver a lo analógico, a lo de antes”, admite el diseñador de juegos. El hecho de verse encerrado en un espacio controlado en el que todo forma parte del juego, hay que abrir y cerrar elementos, descifrar enigmas y ponerse a prueba todo el tiempo resulta, para la mayoría, muy sugerente.
Ha venido para quedarse
A pesar de que nació como una experiencia diseñada para el Proyecto 12 Lunas, tras el éxito de la primera sesión, Yranzo asegura que este juego ha venido para quedarse como parte de la propuesta de ocio de la escuela zaragozana. De hecho, durante una de las fases de testeo del juego, los participantes confirmaron que el juego funciona.
“Me parece una alternativa muy divertida para pasar una tarde diferente, estimulante y, sobre todo, riendo mucho”, explica María Perea (37) gerente de la sala de escape zaragozana The Chapel. Un reto original, complejo y participativo, en el que el juego en equipo es fundamental para llegar al final. “En otras actividades como el cine o el teatro tan solo eres un espectador. Aquí somos protagonistas, y eso siempre encanta”, concluye.
En el caso de Jorge Montolio (35), diseñador de videojuegos aragonés, el hecho de unir dos de sus grandes pasiones, las salas de escape y la cocina, le pareció irresistible. “Me encanta que haya algo así en Zaragoza y creo que puede abrir la puerta a este tipo de actividades a mucha más gente porque, sin duda, la cocina está de moda”, advierte.
