Nueva taberna Amor y Grasa: oficio y sabor en la calle Estudios

La tradicional zona de tapeo en Zaragoza suma una propuesta de la mano de dos experimentados cocineros profesionales que apuestan por recetas tradicionales con un toque exótico.

Pedro Latorre y Jorge Martínez asumen su primer proyecto propio sabiendo qué hacer pero sobre todo qué no hacer. Jóvenes cocineros, acumulan ya una larga experiencia que han destilado hasta dar con la fórmula que desde hace poco más de una semana ofrecen en Amor y Grasa. La taberna, de paso, enriquece la hasta el momento decreciente oferta hostelera de la popular calle Estudios de Zaragoza.

El nombre es una de las primeras cosas que llama la atención de este nueva propuesta. Y es una declaración de intenciones: "El amor es porque creemos que para que las cosas estén bien hechas y ricas hay que ponerles mucho cariño, y lo de la grasa es porque allí es donde está el sabor".

Con ese objetivo, Latorre y Martínez han echado a andar con una selección de raciones y tapas -que se hacen al momento- con un pie en la tradición y otro en sus gustos y bagaje personal, con especial atención a influencias del sudeste asiático o Perú. Ahí están, por ejemplo, unas mollejas de ternera glaseadas en tonkatsu con crema de coliflor y arroz salvaje o un canelón de pollo con garam masala, bechamel de cebolla y miel, cuscús de zanahoria y queso Comté.

Todo en Amor y Grasa sale de la cabeza y las manos de los dos socios. Incluida la decoración. Ellos han sido los encargados de conservar el estilo del local, pero dándole un nuevo toque a la ornamentación rústica, haciendo un guiño al barrio de la Magdalena con cerámica mudéjar y llenándolo todo de plantas naturales: "La idea es que el cliente se sienta como en casa". Y la misma filosofía se aplica a la comida. Desde los postres -incluyendo los helados- hasta las masas, se hacen desde cero: las cocas de escalivada y de ajoarriero o los tacos de cochinita pibil. 

Particular mención merece la tarta de queso de gorgonzola y mascarpone, una receta de Latorre que resultará muy familiar a los clientes de La Senda Tapas, donde fue segundo de cocina.

En la Taberna Amor y Grasa se puede cenar sentado (se recomienda reservar) o en la barra, desde donde se divisa la cocina abierta. Latorre y Martínez hacen las veces de cocineros y de camareros con el objetivo de atender al cliente de manera cercana y ser capaces de darle toda la información que necesite. La idea es que la carta sea corta, pero con mucha rotación y atención a los productos de temporada: pronto, las setas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión