Viña Alta, el vino más especial de Tempore

Tan solo salen al mercado 1.424 botellas numeradas en este año que la bodega celebra su 20 aniversario.

Paula Yago, con una botella de Viña Alta, junto a su equipo.
Paula Yago, con una botella de Viña Alta, junto a su equipo.
CMG

Bodegas Tempore está de aniversario. Cumple 20 años y lo viene celebrando a lo largo de 2022 con distintas actividades culturales, pero le faltaba una de las más importantes: presentar su vino más especial. Se llama Viña Alta, el nombre de la parcela de donde proviene, un pequeño viñedo de 3,5 hectárea que plantó Antonio, el abuelo de Paula Yago, directora de Bodegas Tempore, hace 79 años.

Para ella este vino tiene un valor sentimental muy grande, pero en este proyecto no solo cuenta la parte emocional. “Llevábamos bastante tiempo vinificando con las uvas de esta parcela y queríamos hacer algo especial”, reconoce.

El paso lo dieron en 2018. Las 1.424 botellas que se han obtenido de Viña Alta proceden de esa cosecha. En junio se empezaron a comercializar en varios mercados internacionales, pero la puesta de largo en España tuvo lugar hace unos días en Zaragoza. En concreto, en el restaurante Jena Montecanal.

A la cita acudió un selecto grupo de hosteleros como David Pérez, de La Prensa, o los hermanos Luis y Javier Carcas, de Casa Pedro. Paula y su equipo dieron buena cuenta de lo especial que es este vino. “Es el reflejo de las variedades que plantaban nuestros abuelos, un 80% garnacha tinta y, el resto, garnacha blanca y gris, que era minoritaria y se empleaba para comer, no para vinificar, ya que daba vinos muy claros”.

Apenas se obtienen mil kilos por hectárea de esta parcela, una cantidad muy pequeña. “Utilizamos uvas despalilladas y racimos enteros; hacemos fermentaciones largas y prensados manuales y el vino se ha criado 14 meses en barricas de 500 litros de roble francés”, explica la directora de Tempore.

“No parece una garnacha clásica, es realmente sorprendente”. Este fue uno de los comentarios más repetidos durante la cata. En julio, el día de su 102 cumpleaños, lo probó el abuelo de Paula y, según su nieta, esto fue lo que dijo: “Este vino sí que sabe a garnacha”

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