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Miguel Blasco cede el testigo del bar Los Ángeles tras 40 años "dando lo mejor" en el centro de Zaragoza

Después de estar cuatro décadas tras la barra del mítico local, ha decidido traspasar su gestión a una conocida: “Está trabajando con las mismas ganas e ilusión”.

Manuel Blasco, tras la barra del bar Los Ángeles del paseo de Goya de Zaragoza.
Miguel Blasco, tras la barra del bar Los Ángeles del paseo de Goya de Zaragoza.
Cafés y Bares

Desde el pueblo, notablemente agradecido y abrumado por las muestras de cariño recibidas, este verano el hostelero zaragozano Miguel Blasco decidía poner fin a su carrera profesional al frente del bar Los Ángeles tras más de 40 años de actividad. Ubicado en el número 8 de la avenida Francisco de Goya de Zaragoza, en una de las vías más concurridas de la ciudad. Quienes lo conocieron desde sus inicios, cuentan que el local pronto destacó por su ambiente, su amplia variedad de tapas y ofertas para la hora del vermú, y -dicen- por el carisma de su propietario, que no dejaba a nadie indiferente.

Al zaragozano, eso de trabajar detrás de una barra le viene de lejos. No en vano, cuenta con más de 50 años de experiencia en la que se ha convertido su vida: la hostelería. Por eso, y porque cada vez que uno de estos locales míticos cierra, inevitablemente se pierde una pequeña parte de la historia de la ciudad; son muchos quienes han querido hacer llegar al hostelero sus palabras de ánimo.

Socio de Cafés y Bares desde 1993 -uno de los más veteranos, aseveran-, se ha convertido en ejemplo de “lo que es un hostelero y de los valores humanos que le han acompañado hasta su jubilación”, aseguran desde la entidad.

A lo largo de su carrera, Blasco ha trabajado en lugares “de copete” en la ciudad, como el hotel Ramiro I, el Gran Hotel o su querido bar Los Ángeles, del cual se puso al frente con tan solo 24 años y se acabó convirtiendo en su casa durante las últimas cuatro décadas.

Hostigado por la crisis sanitaria derivada de la pandemia que puso entre la espada y la pared a todo el sector, cebándose sobre todo con aquellos establecimientos más pequeños y que carecían de terraza al aire libre, como Los Ángeles; el hostelero aguantó el tipo y logró superar otro gran reto, que, sin embargo; también ha propiciado, en cierto sentido, la toma de esta decisión.

Sin embargo, no es el fin de Los Ángeles. Blasco prefiere hablar de “una segunda oportunidad”. Hoy, al frente del local se encuentra una conocida, María, quien, asegura, “está trabajando con las mismas ganas e ilusión”.

El zaragozano toma esta nueva etapa como la oportunidad de dedicar más tiempo a los suyos, en especial a su nieto, y como un nuevo comienzo tras una vida dedicada a trabajar: “Ahora quiero pasar una temporada descansando en Uruñuela, el pueblo riojano de mi mujer, rodeado de los míos”.

Allí, en Uruñuela, cuenta que le hicieron una fiesta sorpresa con el que ha sido el lema de su vida: “Toda una vida dando lo mejor”. “Me hicieron una sorpresa para celebrar la jubilación y me puse la chaquetilla que me regalaron mis hijos dedicada con esta frase”, rememora, contento. “Gracias a todos por vuestro cariño”, concluye.

Un ejemplo de hostelería cercana

Por su parte, desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia han decidido tener un homenaje con el hostelero zaragozano a través de sus redes sociales y en su revista. Un compañero que “ha dedicado toda su vida a este oficio”, declara David Sariñena, miembro de la Junta Directiva de la entidad.

“Queremos agradecer a Miguel Blasco su trayectoria de toda una vida, haciendo una hostelería cercana a unos clientes que seguro echarán en falta su imagen y su carisma, y que le han acompañado durante todos estos años”, explica.

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