gastronomía

Casa Agustín cierra en Albalate del Arzobispo y se muda a Zaragoza

El restaurante, que abrió sus puertas en los años 70, era lugar de peregrinación para muchos aragoneses.

Fachada de Casa Agustín en Albalate del Arzobispo.
Fachada de Casa Agustín en Albalate del Arzobispo.
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"Con esta carta os comunico que Casa Agustín cierra sus puertas el próximo mes de septiembre". Esas son las primeras palabras de Antonio Miguel Serón a sus clientes para anunciar la clausura del restaurante que abrió su padre en 1975 en la localidad turolense  Albalate del Arzobispo. Sin embargo, "no es un adiós, sino un hasta luego": "nos trasladamos a la capital", aclara Miguel.

El negocio se muda a Zaragoza, al número 20 de la calle de la Cadena, donde está previsto que abran a finales de septiembre o principios de octubre, en cualquier caso, antes de las fiestas del Pilar, señala el hostelero. Personalmente, él vive estos días con "pena por salir del pueblo y con alegría por empezar algo nuevo".

El servicio que van a ofrecer es "el mismo exactamente, con la misma ilusión, esfuerzo y calidad que hasta ahora hemos transmitido". El chuletón de buey, las costillas de Ternasco de Aragón o la paletilla son algunas de las claves de la carta, así como los pescados y mariscos, las judías a la paja que cocinan en fuego de leña o la oreja, tan alabada por los comensales.

"Tenemos que cerrar en Albalate por trabajo, porque es muy complicado encontrar personal", lamenta Antonio. A los inconvenientes anteriores se han sumado los problemas actuales: los derivados de la pandemia o el incremento de los precios de las materias primas. "Gestionar de forma adecuada un establecimiento como Casa Agustín requiere mucho tesón: la falta de personal, en muchas ocasiones, la hemos tenido que suplir con el sacrificio de toda la familia, quienes han dado todo su tiempo y dedicación para que este proyecto fuese siempre un referente de calidad", describe en la misiva de agradecimiento.

"La entrega de toda la familia para ofrecer un servicio de restauración de primera calidad, basado en un trato exquisito al producto, con una cocina tradicional de mercado, nos convirtió también en punto de encuentro para reuniones y celebraciones de todo tipo con las que se ha ido ampliando, más si cabe, el prestigio que nos precede", cita la carta. Así, hasta este establecimiento del Bajo Aragón han llegado relevantes políticos, artistas, escritores y empresarios, incluso de repercusión internacional.

Antonio incide en que "no es un adiós", de hecho, el local de Albalate del Arzobispo lo mantienen intacto, porque no descartan regresar en algún momento, volver al lugar que vio nacer a la conocida Casa Agustín.

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