gastronomía

El truco para saber si un melón está bueno

Descubrir qué melón es el mejor entre decenas es una labor un tanto complicada, ¿cuál es el consejo?

Melón de Torres
Un ejemplar de melón de Torres de Berrellén.
Laura Uranga

Cuando se pone un melón sobre la mesa surge siempre la misma cuestión: ¿Estará bueno? Hay dos opciones: la lapidaria frase "es pepino" o el deseado "dulce como la miel". Si se rebobina en la historia se puede ver la estampa de un señor presionando el melón con sus manos. A continuación, aproxima su nariz a uno de los extremos. Por mucho esfuerzo, hasta que no se abre no se sabe totalmente qué se va a encontrar detrás de su áspera piel.

"La tradición dice que la punta tiene que estar un poco blanda", menciona Javier Mené, referencia en Aragón con Frutas Javier Mené. Por su parte, la ciencia no lo tiene tan claro. "No hay ningún truco para saber si un melón está en su punto", sostiene Ana Belén Garcés Claver, investigadora del departamento de ciencia vegetal del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). No está todo perdido: "Bueno, si que hay un truco: probarlo", responde Garcés en clave de humor al igual que algunos fruteros consultados. "Los melones ahora salen todos más o menos buenos, aunque pueda haber pegas, se ha mejorado mucho", admite Mené.

Melones que comercializan en Frutas Javier Mené.
Melones que comercializan en Frutas Javier Mené.
Javier Mené

Una vez abierto: ¿dulce o pepino? Lo idóneo son entre 12 y 14 grados Brix –medida del azúcar–. "La maduración del fruto es un proceso muy complejo, que depende de la variedad, el periodo que se cultiva y el estado de la planta, entre otros factores –explica Garcés–. Durante el periodo de maduración el fruto acumula azúcares, por eso cuando nos comemos un melón que no ha estado madurado suficiente tiempo, no nos resulta dulce". "Que madurado fuera de la planta no implica que sea más dulce", señala Mené. "Por lo que se tienen que coger en su punto, es lo que tiene ser un producto vivo y de la naturaleza", resume.

Antaño, se recolectaban y se guardaran en los graneros, rememora Mené, así se podían disfrutar incluso en Navidad. Cuando deja de ser una fruta de temporada se importa de Brasil o Senegal, siendo el africano el más parecido a los españoles, "aunque no tiene nada que ver".

Otro comentario que sobrevuela cuando se habla de melones es la existencia de ejemplares machos y otros hembras. La tradición cuenta que si en los extremos se observan círculos son hembras y si se aprecian rayas se trata de machos. ¿Mito o realidad? "No existen melones machos y hembras", zanja Garcés. "Existen plantas con distintos tipos de flores masculinas, femeninas o hermafroditas. Según la expresión sexual de sus flores las plantas de melón pueden ser: monoicas –si la planta lleva flores masculinas y femeninas–, andromonoicas –si son masculinas y hermafroditas–, hermafroditas o ginomonoicas – la mayoría son femeninas, pero algunas hermafroditas–", aclara la investigadora de ciencia vegetal.

Adrián Mené muestra uno de los ejemplares de melón que venden en la empresa familiar.
Adrián Mené muestra uno de los ejemplares de melón que venden en la empresa familiar.
Javier Mené
"Decían que uno era mejor que otro, pero también es una fábula"

El sabor también envolvía a esta cuestión. "Decían que uno era mejor que otro, pero también es una fábula", determina Mené. "El fruto no tiene sexo; el fruto siempre se origina a partir de una flor femenina o hermafrodita. Y el sabor no viene condicionado por esto", responden desde el CITA. "Lo que tiene que ser es de buena raza y provenir de buena semilla", concluye el empresario frutero.

En España existen variedades que son más típicas y tradicionales. "Son tendral, rochet y amarillo, siendo los melones de piel de sapo los que tienen una mayor proyección comercial", distingue la investigadora del CITA. Lo que varía de ellos es la coloración y la morfología. No obstante, por lo general comparten que son frutos ovalados o redondeados, alargados y resistentes al transporte y con pesos entre los 2 y 5 kilos, los describe a grandes rasgos. "Con pulpa blanca, generalmente, con ligero aroma, piel escriturada y gruesa, de color verde excepto los amarillo canario y amarillo oro", añade Garcés. Agricultores, como los de Torres de Berrellén, y algunas marcas, como Líder Villaconejos, El Abuelo o Bollo, trabajan para conseguir buenos melones.

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