Un par de manzanillas gaditanas para celebrar el verano

Es idónea para maridar con jamón, a la manera tradicional, pero también con sushi para los más innovadores.

Manzanilla de verano de La Solea.
Manzanilla de verano de La Solea.
Barbadillo

"La manzanilla de Sanlúcar y Los Puertos alegra a los vivos y resucita a los muertos". Como dice el refranero andaluz, Sanlúcar de Barrameda es conocida por la manzanilla, por ese vino blanco que se cría y elabora en esta localidad de la provincia de Cádiz. Solear es la única que ofrece cuatro sacas de esta bebida, cada una con sus matices y sus características organolépticas. Otoño, invierno, primavera y verano: coinciden con el inicio de las estaciones.

En el caso de la de verano, de uva de palomino fina, en la copa adquiere un color amarillo intenso a la par que brillante. Esta manzanilla llega a la nariz como una perfumada crianza biológica, suave y alegre, mientras que en la boca se aprecia sabrosa, gustosa y larga. Estas característica la convierten en un buen acompañamiento para maridar jamón, según marca la tradición, pero los más innovadores se pueden decantar por el sushi, tal y como proponen desde Barbadillo, que recomiendan servirla a una temperatura de 6 a 8 grados. «La perfecta combinación entre rotundidad y sutileza», la defienden desde la bodega. La de este verano tiene un precio de 15 euros.

Corría el año 1999 cuando nació la manzanilla Solear pasada en rama en el panorama del Marco de Jerez. Fue entonces cuando Bodegas Barbadillo apostó por el embotellado de un vino en rama, es decir, que pasa de la bota a la botella. "De esta forma se recuperaba la mejor de las tradiciones de Sanlúcar de Barrameda: la crianza biológica de largo recorrido", aplauden en Barbadillo.

Bicentenario

La botella de la manzanilla del bicentenario viste de una forma muy artística. El año pasado Bodegas Barbadillo cumplió doscientos años de historia y quiso recuperar la imagen con la que nació con una edición especial.

En su interior se descubre una bebida con toques salinos y yodados que llaman la atención del olfato. En el paladar esta manzanilla resulta extraordinariamente seca, pero a su vez suave y armoniosa al momento, siendo sutil y muy persistente. Barbadillo la recomienda para maridar con jamón como la saca de verano y, en este caso, también con marisco, como por ejemplo unos langostinos. No obstante, también se puede utilizar para acompañar platos ácidos o recetas donde predominen los fuertes vinagres.

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