Oleoturismo a las faldas del Moncayo
La denominación de origen del aceite de la zona propone varias experiencias turísticas y gastronómicas.
“Unidos en la pasión por el aceite de oliva virgen extra y el placer de viajar”. Así de claro lo tiene el equipo de la D. O. P. Aceite Sierra del Moncayo en las comarcas de Tarazona y el Moncayo y el Campo de Borja, que esta semana ha presentado en el Monasterio de Veruela el proyecto de oleoturismo Almazaras del Moncayo.
La cita se vistió de mucho protocolo al contar con la presencia del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. Miguel Ángel Lacámara, presidente de la denominación de origen, se lo agradeció y puso el foco sobre el objetivo de esta iniciativa. “Hay una creciente inquietud de los viajeros hacia un turismo de experiencias, lo que nos han motivado para dinamizar y desarrollar un proyecto en el que se potencie y valorice al máximo el esfuerzo de nuestros olivicultores y la calidad de nuestros aceites de oliva virgen extra certificados”.
En la presentación, dos técnicos de la empresa de servicios turísticos Girola mostraron el potencial que atesoran los olivos de la Sierra del Moncayo y su fruto a través de los sentidos. Pero fue Reyes Ávila, asesor del proyecto Almazaras del Moncayo, quien desgranó las experiencias oleoturísticas ofertadas. “Tras un año de trabajo –dijo– podemos mostrar lo que somos, la trazabilidad de nuestros AOVE y la trazabilidad experiencial y emocional, convirtiendo recursos en experiencias turísticas con valor”. En la página www.almazarasdelmoncayo.com están detalladas todas las actividades que se pueden hacer y que desde esta misma semana se pueden contratar. “Hemos querido lanzar ya esta experiencia con la idea de reforzar la campaña de otoño”, comenta Reyes Ávila. En esta época es cuando seguramente más y mejor se podrá disfrutar de los recorridos y actividades al aire libre en los campos de olivos.
Las almazaras de las cooperativas Santo Cristo de Magallón y Agrícola de Borja, y Aceites Ambel, son las que acogen la mayor parte de las actividades oleoturísticas. La gastronomía también está presente entre las iniciativas propuestas. De momento, los restaurantes Saboya 21 de Tarazona y el Mesón del Aceite de Bulbuente, son los que se han subido al carro de estas experiencias. Y, finalmente, se cuenta con la imponente presencia del Monasterio de Veruela, donde se vive la propuesta más global e intensa de todas.
A ella se dedica prácticamente toda la mañana. Empieza con un recorrido temático por el primer monasterio cisterciense de Aragón, para continuar con una visita guiada al espacio interpretativo de la D. O. P. Aceite Sierra del Moncayo. En él se empiezan a activar los sentidos descubriendo los diferentes aromas que atesora el aceite. Finalmente, se degustan cinco aceites de oliva virgen extra.
La cata y degustación, precisamente, se repite en otras experiencias. Por ejemplo, en las visitas temáticas a almazaras, donde se conoce desde la producción a la degustación con expertos molineros. El objetivo final es conocer las claves de sus sabores, aromas, texturas y colores. “Es una experiencia ideal para compartir con los amigos o la familia –comenta Reyes Ávila–, que dura entre 30 y 40 minutos en unas instalaciones perfectamente adaptadas y con un menaje específico”.
En relación a las catas hay alguna variante, como una más avanzada en la que se prueban ocho muestras bajo criterios profesionales. “Igual que en las otras –prosigue–, tampoco es necesario tener un conocimiento previo para participar”.
