Entre el tráfico del paseo de la Constitución de Zaragoza y la calle de San Ignacio de Loyola hay un espacio donde se respiran tres verbos: compartir, socializar y disfrutar. Tres ingredientes del coqueto restaurante Origen 1952. "Queríamos crear un espacio que tuviera una identidad", recuerda Leticia Gil, la propietaria.

Unos olivos iluminados en jardineras de cemento blanco son los muros de la terraza de la plaza que une el paseo de la Constitución con la calle de San Ignacio de Loyola.

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Se puede cenar, como en el restaurante, tomar algo o solo un picoteo, todo a elección del comensal. Dependiendo del plan, la mesa se viste más o menos informal. Además, otra baza es la barra de combinados que se elaboran con un ‘show’ delante del cliente. De esta forma han convertido un sitio para alcorzar y de tránsito en un lugar "de paz". "Es dar otro servicio al mismo nivel", insiste Gil. La acogida ha sido "buenísima". "La gente pasa, le llama la atención, le gusta y se sienta", celebran.

Platos al centro, ya sean más tradicionales o modernos, porque Origen 1952 "es el antes y el ahora de una vida entera". Así, se pueden degustar albóndigas de toro o tataki de solomillo con boniato. Para la opción de picoteo proponen platos que conservan la esencia del establecimiento, como piparras fritas o tomate de Tudela con olivas negras de Aragón.

Tienda donde comprar, aceite, vajilla o vino

Esta novedad se suma a la marca de productos de Origen 1952, con un aceite, su vajilla o un garnacha que acaban de lanzar. "Origen 1952 no es solo comer y cenar", así que el jardín completa la experiencia.

Cómo llegar a Origen 1952