gastronomía

Estos son los 74 bares y restaurantes de Aragón donde se recomienda hacer un alto

La guía de viajes Lonely Planet propone varias rutas por la Comunidad, en función de los días que se dispone. Y en el camino no faltan bares y restaurantes para sentarse a la mesa.

Plato del Restaurante El Batán.
Plato del Restaurante El Batán.
Laura Uranga

Aragón es un territorio con mucho para disfrutar, tanto para los aragoneses como para los visitantes. Hace un tiempo se editó una guía de viaje de Lonely Planet en la que se pueden encontrar numerosas ideas para conocer más a fondo las tres provincias. El italiano Giacomo Bassi referencia en esta publicación monumentos, hoteles, museos, excursiones, comercios y también  muchos bares y restaurantes para hacer un alto y disfrutar de la gastronomía.

En la conocida colección de guías de viaje se recomiendan las "emblemáticas migas de pastor". De hecho, lo presentan como un imprescindible si se visita la Comunidad. "Como la paella en Valencia, la fabada en Asturias o el cocido en Madrid, en Aragón es prácticamente imposible no encontrar un local típico donde no se sirvan migas de pastor, un plato sencillo pero emblemático", aseguran. Pero no solo eso, sino que entre las "mejores experiencias gastronómicas" proponen una jornada en las viñas del Somontano, convertirse en un recolector de trufas en la provincia de Teruel, aprender la maestría del jamón o descubrir los secretos de los quesos pirenaicos.

Más allá de estas experiencias, también enumeran más de siete decenas de establecimientos, que destacan por su tradición, gastronomía, ubicación o especialidad en algún producto. En la capital aragonesa aconsejan un paseo por el Tubo y detenerse en la mítica Bodegas Almau o en el Melí. Entre uno y otro recomiendan pasarse por Casa Lac, el considerado el "restaurante más antiguo de España". Además, en el Casco Histórico se puede acudir a El Fuelle o La Republicana, en la calle Méndez Núñez, respectivamente. Y en el Barrio Jesús, Gente Rara, un taller mecánico reconvertido en restaurante de alta cocina.

Icónico cartel de las centenarias Bodegas Almau, en Zaragoza, hace unos años.
Icónico cartel de las centenarias Bodegas Almau, en Zaragoza, hace unos años.
Juan Carlos Arcos

Continúa la ruta por Aragón y la siguiente parada se encuentra en los Monegros. En Sariñena invitan a comer en el Restaurante Monegros, del que resaltan su "cocina tradicional". Un plan que combina con Boira, restaurante de los hermanos Lizer y Mascún Ariste, que definen como un lugar "de corte moderno que ha sido un soplo de aire fresco a la gastronomía local". Todo ello maridado con vinos y cervezas artesanas.

Los hermanos Ariste (Licer, delante, y Mascún, detrás) en el restaurante Boira de Sariñena.
Los hermanos Ariste (Licer, delante, y Mascún, detrás) en el restaurante Boira de Sariñena.
HA

Bassi se decanta por tres establecimientos fragatinos: Casa Cabrera Nova, La Sitja y Borau. El primero de ellos encendió los fogones hace medio siglo en una casa antigua del casco viejo de la localidad. En el segundo aconsejan probar los pinchos, tapas y raciones. Mientras que de Borau resaltan sus "platos tradicionales con toque moderno".

Ya en la capital oscense, recomiendan sentarse a la mesa en el conocido Tatau. Galardonado con una Estrella Michelin, la opinión de los jurados fue que es un "sorprendente establecimiento, con alma de gastrobar" en el corazón de Huesca, en la calle de Azara. "Una de las excelencias gastronómicas oscenses, alabado por todas las guías gourmet", dicen en Lonely. Similar es la valoración de Lillas Pastia, que luce la misma distinción y que se emplaza en el Casino de Huesca, donde reina la trufa negra. Además, se suman La Goyosa – un gastrobar joven y moderno en pleno casco-, La Botería –para tomar un vermú, café, una copa de vino o comer algo rápido- o El Origen - que funde platos tradicionales aragoneses con propuestas más atrevidas, con una calidad precio "inmejorable"-.

Carmelo Bosque, chef y propietario del restaurante Lillas Pastia de Huesca, que cuenta con una estrella Michelin y un sol Repsol.
Carmelo Bosque, chef y propietario del restaurante Lillas Pastia de Huesca, que cuenta con una estrella Michelin y un sol Repsol.
Rafael Gobantes

En las Cinco Villas, se encuentra el histórico Restaurante Aragón de Ejea de los Caballeros, donde se aprecia un "juego con ingredientes tradicionales para realizar platos originales". Otra opción en la misma localidad es Moreno: "Una taberna de toda la vida" que es "frecuentada casi solo por lugareños". En la misma comarca, Giacomo Bassi recomienda tres sitios de Sos del Rey Católico: La Cocina del Principal -a pocos metros del palacio de Sada-, El Leñador –una taberna asador-y Landa Terraza –que en la guía definen como el "bar de toda vida", donde comer platos combinados, bocadillos y arroces por encargo-.

A los pies del Moncayo, en Tarazona, proponen Ullate, en pleno casco histórico donde comer arroz cremoso con trufa y parmesano, y Saboya 21, con "una carta de temporada que fusiona platos de tierra y mar". Por otra parte, en Calatayud está Puerta de Terrer, junto al monumento del mismo nombre.

Los bares y restaurantes recomendados en el Pirineo

El Pirineo atrae a millones de visitantes cada año y son cientos los establecimientos donde comer o cenar según Lonely Planet. Por ejemplo, en Alquézar proponen degustar los platos de Casa Jaboneros, de la "elegante y refinada" Casa Pardina o de Cueva Reina, con vistas al cañón del río Vero. Desde Casa Alfonso, en Aínsa, se pueden ver bellas estampas del castillo, de la torre de la iglesia y de los soportales de la plaza Mayor. En las páginas de la guía mencionan además a Casa Fes.

La gastronomía de Jaca tiene especial hueco en las páginas de la guía de viajes. Desde la Confitería Echeto, fundada en 1890 y donde se pueden comprar bombones o helados en verano, a L’Airera, La Cadiera, La Lola, La Mamma, La Tasca de Ana o Las Tres Ranas, escondido en las céntricas calles de la ciudad.

Confitería Echeto, en los Porches de Jaca.
Confitería Echeto, en los Porches de Jaca.
Echeto

La Jacetania en Castiello de Jaca, La Estrella de Villanúa, El Boj en Candanchú, el cheso Canteré o El Montañés de Biescas se añaden a la lista de recomendaciones de Lonely. En Tramacastilla de Tena está La Era de Berdón, Casa Martón en Sallent de Gállego y Balminuta de Barbenuta. A Los lectores de Lonely que visiten Broto se pueden dejar ver en Casa Joaquín o en La Tea, además de en el Balcón del Pirineo, en este caso en Buesa. Torla es un pueblo con menos de 300 habitantes censados, donde destacan A’ Borda Samper, El Duende y La Cocinilla. También son tres los que recomiendan en Bielsa: Restaurante Paco, La Terrazeta y Kanguro Truchero.

Restaurante Trasiego en Barbastro
Restaurante Trasiego en Barbastro

En Barbastro proponen sentarse a la mesa de Trasiego, junto al Hospital de San Miguel para comer tapas y raciones, o en La bodega del Vero, una antigua fábrica de chocolate convertida en tienda delicatesen que solo es la antesala de un "íntimo restaurante". En Benasque plantean optar por El Veedor de Viandas, donde mesas cotizan alto en su calle central, La Parrilla –para degustar asados, potajes o alcachofas rellanas de foie- o El Fogaril, el restaurante del Hotel Ciria. Por último, en Anciles se puede comer verduras de proximidad y carne de caza en Ansils.

Las opciones de Lonely en Teruel

La gastronomía de la provincia turolense también tiene manjares que conquistan a turistas y aragoneses. Por ejemplo en Alcañiz aconsejan probar las alcachofas de hígado de bacalao con gabardina de 'katayfy', espuma de pipas de calabaza y granada de Gastrobar Micelios o la carta de La Parrilla. No muy lejos de allí, en Calaceite, recomiendan la Fonda Alcalá.

Valderrobres ha sido una opción muy popular en los últimos años y se puede comer en El Salt, -que destaca por sus carnes asadas, canelones, ensaladas y revueltos- o en Casa Foset- un restaurante de platos contundentes-. El Molino del Gato y La Despensa son los establecimientos de referencia en Albarracín, mientras que Melanosporum y La Gaso los de Mora de Rubielos. Las patatas del Maestrazgo rellenas de queso y gratinadas de 4 vientos, en Cantavieja, o el lujoso hotel con spa Balfagón -considerado uno de los mejores de la provincia-, se destacan en su oferta gastronómica.

Esta ruta gastronómica puede finalizar en la capital turolense, con un paseo por el Gran Café Teruel, el Mesón El Óvalo, La Barrica, o Yain, en la recoleta plaza de la Judería con el afamado sumiller Raúl Igual e Iñaki Cubas en la cocina.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión