Las pasiones gastronómicas del atleta zaragozano Toni Abadía

El deportista zaragozano sigue una dieta estricta, pero cuando puede darse una alegría elige una chuleta.

El atleta zaragozano Toní Abadía en el restaurante Sentinel.
El atleta zaragozano Toní Abadía en el restaurante Sentinel.
Toni Galán

El atleta zaragozano Toni Abadía protagonizó el pasado domingo un bonito gesto solidario y reivindicativo en la 10K Zaragoza junto a su amigo Carlos Mayo. Los dos entraron de la mano en la línea de meta como queriendo señalar con su gesto que, más allá de la competitividad, el deporte es unión. De una forma simbólica, también lo asociaron a la guerra de Ucrania: "¡Que de una vez por todas pare el conflicto!".

A Toni y a Carlos no les costó ponerse de acuerdo. Son compañeros de entrenamiento y compiten en muchas carreras; pasan bastante tiempo juntos en las concentraciones, como la que habitualmente hacen en Bronchales (Teruel), y el día que toca olvidarse del atletismo y disfrutar con los amigos, forman parte del mismo grupo.

Para los dos, las pautas de alimentación son igualmente importantes a la hora de hacer bien su trabajo, pero Toni es más de comer que de elaborar. "Cuando estamos en una concentración y hay que preparar algo, el cocinillas es Carlos; yo elijo recoger pero hay que ver cómo deja la cocina", comenta sonriendo el múltiple campeón de España de 5.000, 10.000 y cross.

Toni Abadía nació en el Actur y le tiene mucho cariño a su barrio. Vive cerca de la calle Ildefonso Manuel Gil y en sus aledaños están el colegio Sagrado Corazón, donde estudió, y el restaurante Sentinel, escenario de muchas de sus celebraciones.

Le gusta por su amplitud y por cómo ha crecido durante los últimos años. Nació como una bocatería y a día de hoy su carta es muy amplia: ensaladas, tostadas, platos combinados, pizzas con la masa casera, hamburguesas rellenas de foie o de queso provolone y beicon, sándwiches...

Pero lo que más le gusta a Toni Abadía son las patatas bravas. No es su único establecimiento de referencia. Por ejemplo, ha llegado a hacer cola para comerlas en el bar Montesol (c/ Franco y López, 2). Curiosamente, tiene familia en Aranda de Duero y esa rama de su árbol genealógico está muy vinculada a este tubérculo en forma de apodo.

Pero es que hay más. Acudiendo a los recuerdos de la infancia, rememora la receta de borrajas con patatas que preparaba su abuela Pilar. "Me acuerdo que guardaba el pan que sobraba y se quedaba duro en una bolsa en la cocina para echárselo a los pájaros, y a mi hermana y a mí nos encantaba comerlo". Del recetario de su madre, Juani, se queda con el potaje de patatas con carne. "El día que llegaba del cole y tocaba esta receta, me ponía hasta arriba; siempre he sido de buen comer".

El campeón zaragozano tiene claro que su madre es la que vela por su integridad nutricional. La alimentación la cuida mucho, especialmente desde 2016, cuando le extirparon la vesícula por un cólico biliar. Desde entonces, trabaja con un nutricionista que planifica sus menús. "No es una dieta estricta; básicamente sigo lo que en el argot del atletismo denominamos el ciclo del carbono: cómo racionar los hidratos de carbono, en qué momento incluir la proteína y tener siempre muy presente la hidratación".

Eso sí, Toni confiesa que no cocina. "Mi madre es la que la que se encarga; come diferente a mí con el trabajo añadido que eso supone y en gran medida es la responsable de todo lo que he conseguido estos años; también hice atletismo por ella y fue la que me inculcó el afán de superación".

El arroz y la pasta son los compañeros más habituales de viaje en su día a día. "Al final, por mucha variedad que quieras meter, te acabas cansando". Salsas para la pasta las ha probado todas, pero con la que no puede, reconoce, es con la carbonara.

Más reciente ha sido la inclusión en su dieta de la quinoa. "Aporta mucha energía, es bastante saciante y se puede combinar con distintos tipos de ensalada", comenta. En cuanto a las carnes, las de pollo y pavo son las que más consume.

Eso sí, para el día que puede darse un homenaje entre competición y competición, no duda a la hora de elegir su receta preferida: una buena chuleta con pimientos del piquillo y patatas asadas. De nuevo, las patatas muy presentes en su vida... "Y que no falten".

Las patatas gratinadas con queso y beicon del restaurante Sentinel.
Las patatas gratinadas con queso y beicon del restaurante Sentinel.
Toni Galán

Papas gratinadas con queso cheddar y beicon

Toni Abadía ha elegido la última ración de patatas que ha incorporado el restaurante Sentinel para picar algo durante la entrevista. El dueño del establecimiento, José Miguel Lacosta, comenta que son papas gratinadas con cheddar y beicon. "Las verdad es que la aceptación es muy buena -explica-, su secreto no es otro que emplear ingredientes naturales y de calidad".

Las patatas tienen tanta fama en este local, que cuentan con un apartado destacado dentro de la carta. Además de la receta reseñada, también están las Sentinel (asadas a rodajas, con salsa alioli, picante, cebolla crujiente, pimienta y orégano) y las clásicas bravas.

Por otra parte, son un ingrediente principal del amplio abanico de huevos rotos que se ofrece en el restaurante: con salsa de setas, tranchas de foie, jamón... o acompañando a unos nachos con boloñesa y salsa cheddar. 

Lo dicho, casi el paraíso para Toni Abadía. Y al lado de casa que lo tiene.

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