Kanalla y su recetario que no pasa de moda

Esta taberna de la zona universitaria propone elaboraciones muy trabajadas y pensadas para compartir.

Alberto Ferrer, Daniel Ferrer y Paz Royo, en el comedor de Kanalla
Alberto Ferrer, Daniel Ferrer y Paz Royo, en el comedor de Kanalla
A. Toquero

Hace cuatro años que abrió sus puertas la gastro taberna Kanalla en la calle Baltasar Gracián de Zaragoza y algo menos de dos desde que se mudó a la cercana calle López Allué, a un local más amplio. Eso sí, lo que no ha cambiado en este tiempo es el concepto: taberna informal con raciones para compartir.

Daniel Ferrer es el responsable del diseño de una carta que no es amplia. Es lo que tiene proponer elaboraciones muy trabajadas, que si se amplía demasiado el foco, uno se puede dispersar. En estos años, hay unas cuantas recetas que se han consolidado. Por ejemplo, su versión salada de los crespillos. La tempura está conseguida y las notas de la salsa kimchi la complementan a la perfección.

El tartar de salmón también está desde el principio, pero ha mejorado. Se acompaña de un aguachile de maracuyá que aporta unos interesantes matices cítricos. Y qué decir del risotto de foie y boletus con mascarpone casero. Si desapareciese, probablemente tendrían un problema en este establecimiento.

Este muestrario clásico se ha ampliado con propuestas como la brocheta de pollo satay, tabulé, chutney de mango y curry con mayonesa de siracha. Una amplia mirada al mundo en un solo plato. Y para los amantes de recetario tradicional, ahí está el carpaccio de manitas de cerdo. Eso sí, presentado con langostinos al ajillo y kimchi.

Por supuesto, estando como estamos en tiempo de Semana Santa, resulta obligado probar la torrija. Realmente está todo el año, así que tampoco hace falta correr.

Al margen de la carta, cada dos o tres semana aparece alguna nueva sugerencia. Estos días, por ejemplo, emerge una curiosa arepa thai que tiene todas las papeletas para quedarse entre las preparaciones de Kanalla durante mucho tiempo.

En cuanto a la oferta de vinos, muchos de los que aparecen en la carta se sirven por copas. Además, se combinan interesantes propuestas de Aragón y de fuera que no son muy comerciales. Aunque el local es amplio y ha ganado bastantes mesas respecto al anterior, lo cierto es que casi resulta obligado reservar.

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