zaragoza
Cortes de canguro, cocodrilo, guanaco o cebra en un inesperado restaurante en La Almozara
El Encanto Escondido (Ainzón, 1-3) es un peculiar negocio que ofrece carnes exóticas, pero también raciones brasileñas y desayunos gaditanos.
El Encanto Escondido (calle de Ainzón, 1-3), en el zaragozano barrio de La Almozara, es un llamativo e inesperado negocio en el que las carnes exóticas llaman la atención por encima del resto de la extensa carta, pero también es el fiel reflejo de la experiencia vital de su impulsor, José Luis Guilló. Natural de la capital aragonesa, el empresario se machó en 2011 a vivir a Brasil, cerca de una zona donde la caza del cocodrilo es común. Ahí se acercó a esta carne y abrió la mente a otros cortes que, en España, nos siguen llamando poderosamente la atención. Un tiempo después, José Luis regresó a su país, aunque recaló en la provincia de Cádiz, donde profundizó en la gastronomía de la zona e inició varias aventuras hosteleras.
Fruto del aprendizaje de esta última década nació el local que nos ocupa, enclavado muy cerca de otros establecimientos como el archiconocido Cervino o el bar micológico La Olivada, lo que, amén de otras propuestas, remata una zona gastronómica a tener en cuenta. El Encanto Escondido tiene como indudable reclamo las carnes del mundo: canguro australiano en salsa de mostaza, cocodrilo de Zimbabue (a la brasa con chimichurry o crujiente y con mojo picón), cebra a la brasa con salsas de frutos rojos y de maracuyá, solomillo de búfalo sobre puré de yuca con crema de castañas, tikka massala, mostaza y finas hierbas, camello a la brasa sobre puré de patata y salsa de coco al curry y guanaco de Perú en cama de champiñones al Pedro Ximénez. Todos ellos se ofertan como raciones para compartir con precios de entre 7 y 8 euros, excepto el cocodrilo a la brasa (14 euros).
Estos animales, difíciles de encontrar en otras tascas, “están a un precio muy ajustado y son un reclamo para la clientela, animan a venir y a probar distintas cosas, también el resto de la oferta gastronómica”, valora Guilló, quien pone como ejemplo la picaña argentina, el escondidiño brasileño (una falsa lasaña de yuca, carne y queso crema gratinado) o la ‘cosinha’ (como una bomba de patata, pero con yuca), los tacos de pollo, los champiñones rellenos (de gambas, de foie de pato, de queso curado o de salmón) o la chistorra flambeada al tequila.
Pero la carta es más que amplia y da cobijo a otras carnes habituales en la costa gaditana: solomillo al whisky, lagarto ibérico a la pimienta, presa, carrillada al oporto y varios tipos de albóndigas. También, claro, hay hueco para los pescados y fritos: solomillo de atún en salmorejo, atún encebollado, bacalao en tinta de calamar, puntillitas, cazón, choco, boquerones, langostinos y ortiguillas. Los precios, igual que en el caso de las carnes, son asequibles (entre 4,5 y 6 euros por ración). “Esto es un gastrobar, pero de barrio, y en el que lo que llamamos tapas son más bien raciones, como en Cádiz”, define el propietario.
Los desayunos de El Encanto Escondido, destaca Guillón, también enganchan con la soleada provincia: “Ofrecemos el típico desayuno de la zona, con su mollete de pan con tomate y jamón y una taza grande de café con leche, a un precio más que competitivo”.
El establecimiento tiene capacidad para 80 comensales y trata de sobreponerse a la crisis de suministros, que también afecta a los proveedores de carnes exóticas. “Hay pocos importadores y están teniendo los mismos problemas que ocurren con otros productos”, indica el hostelero, quien no pierde de vista la posibilidad, dentro de un tiempo, de introducirse en el mundo ‘delivery’ “para que los vecinos de otros barrios de Zaragoza puedan probar estas carnes de Australia, Zimbabue, o Perú”.
Ficha
El Encanto Escondido (calle de Ainzón, 1-3), en La Almozara, está especializado en carnes del mundo exóticas y en raciones gaditanas. También ofrece desayunos andaluces. Abre de martes a domingo y cierra por descanso semanal los lunes. Su horario ininterrumpido abarca desde las 8.00 hasta las 00.00, cuando concluye el servicio de cenas.
