gastronomía

Los restaurantes se vuelcan en los menús navideños para llevar a casa

El miedo de algunos clientes al covid y el éxito de la comida para llevar elevan la oferta.

Bodegón de platos para llevar del restaurante Casa Pedro, que repite la experiencia 'take away' esta Nochebuena.
Bodegón de platos para llevar del restaurante Casa Pedro, que repite la experiencia 'take away' esta Nochebuena.
Xoel Burgués.

Desterremos de una vez la idea de que la comida para llevar es una modalidad que se circunscribe a las pizzas, las hamburguesas y otros platos de consumo veloz. Los fondos oscuros, los cortes nobles a fuego lento y las cremas aderezadas con mimo tienen la misma cabida en el ‘take away’, una certeza en la que se van a apoyar numerosos restaurantes aragoneses en las ya inminentes fechas navideñas.

El año pasado, motivados por la pandemia, varios establecimientos lanzaron sus propuestas para las cenas y comidas de Nochebuena, Navidad o Nochevieja. «Fue una locura, la respuesta acabó siendo buenísima. Unos días antes tuvimos que cerrar los pedidos porque no dábamos abasto. La experiencia fue buena y por eso repetimos este año», cuenta Luis Carcas, del restaurante Casa Pedro de Zaragoza, con cabida para unos cuarenta comensales y que acabó despachando 200 cenas de Nochebuena.

En esta ocasión, los hermanos Carcas también darán el servicio de cara a la noche del 24, pero solo admitirán pedidos hasta final de existencias para no verse superados. Quienes quieran contar con sus recetas de altos vuelos podrán elegir entre uno de los cuatro principales disponibles: corbina con suquet marino, pularda del Somontano guisada, lingote de paletilla de ternasco con crema de boniato o carrillera de ternera guisada al Pedro Ximénez con crema de chirivía y setas. El menú comprende también tres entrantes (royal de foie con manzana caramelizada y mousse de queso; crema de calabaza, marisco y leche de coco; y canelón de pintada, trompeta negra y salsa de boletus) y un postre: torrija de brioche caramelizada con crema de fruta de la pasión. El precio es de 50 euros. «Hemos grabado un vídeo para cada plato, de forma que el comensal pueda verlo escaneando un código con el móvil», cuenta Luis.

Los hermanos Carcas, con las cajas que guardan los elaborados platos de Casa Pedro.
Los hermanos Carcas, con las cajas que guardan los elaborados platos de Casa Pedro.
Xoel Burgués.

No es la única propuesta de estas características. El abanico, de hecho, es más bien amplio. Otro restaurante con solera, El Chalet, viene notando «desde hace ya bastantes años» un creciente interés por el formato para recoger. «Cada año nos ponemos un tope de pedidos para Nochevieja más alto, pero lo cierto es que ya no podemos llegar a más, el año pasado ya tuvimos que dejar de aceptar encargos 3 o 4 días antes de fin de año», recuerda Ángel Conde, propietario del establecimiento. Bajo su punto de vista, este año la demanda será incluso más alta: «Hay un aumento de casos de coronavirus, lo que implica cierto miedo. La gente desestima ir de cenas y cotillones. Ya lo vemos con el hecho de que se hayan cancelado muchas cenas de empresa y de amigos». En cualquier caso, Conde desmarca la tendencia de la crisis sanitaria: «No puedo decir que sea el motivo principal. Lo cierto es que cada año que pasa hay más gente que no quiere preparar comidas o cenas en casa para grupos familiares grandes. De hecho, nos entran muchísimas llamadas para el resto de festivos».

El Chalet prepara todo su arsenal para el paso de curso: «El menú que planteamos consiste en una mousse de foie de pato, velo de Pedro Ximénez y frutos rojos con tostas de pan de frutas; raviolis rellenos de centollo y marisco, pasta fresca y crema de cigalas; merluza al horno, pistacho verde y pisto de chipirones con gambas; y ternasco sin hueso asado, patata rota, chilindrón y migas de aceite de oliva». De postre, el menú, que tiene un precio de 47 euros, contempla un toffe de café y chocolates.

Merluza al horno con pistacho verde y pisto de chipirones, uno de los platos de El Chalet.
Merluza al horno con pistacho verde y pisto de chipirones con gambas, uno de los platos de El Chalet.
HA

Al otro lado del Ebro, en el paseo de la Ribera, el Matisse también ultima los detalles para poder servir un centenar de comidas y cenas los días 24, 25 y 31. «El año pasado, cuando dimos el servicio por primera vez, funcionó de maravilla. Vimos que la gente compraba menús para grupos pequeños, de dos a cinco personas. Es decir, núcleos familiares, ya que existía un evidente miedo a juntarse en grupos grandes. Este año creemos que está pasando lo mismo, las familias no se van a juntaren casas y muchas parejas mayores o jóvenes con hijos se están interesando por la comida para llevar», resume Alberto Lafuente, uno de los propietarios del negocio, que propone como aperitivos una tabla de jamón ibérico, pimientos rellenos de bacalao y sashimi de salmón y como platos principales lanza dos opciones: canelón de marisco y lingote de ternasco. De postre, tartaleta de Jijona. El precio del menú es de 35 euros, mientras que su carta de año nuevo y Reyes -muy parecida y que se servirá en el comedor- se eleva hasta los 40.

Planes vegetarianos y nipones

Pero no todo el mundo cenará ternasco o merluza en Nochebuena. Hay alternativas para todos los gustos que, si se sabe buscar, quedan cubiertas. Los vegetarianos, por ejemplo, tienen a su disposición el menú del restaurante Birosta, que con un precio de 25 euros supone una opción a tener en cuenta: paté de anacardos, hummus de remolacha, ‘sobrasada’ vegana, calabaza al horno con gremolata de pistacho y granada y, por último, albóndigas de seitán y shiitake con salsa de coñac y frutos secos acompañada de boniatos asados.

E incluso se puede compartir un menú japonés en casa por cortesía de Espacio Toho. Incluye 24 piezas de sushi de atún rojo, pez limón, pez volador, anguila o langostino, entre otros. Está pensado para dos personas y tiene un coste total de 39 euros.

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