gastronomía

La cafetería Estoril celebra su 40 aniversario con un nuevo local

Estoril Sagasta acaba de abrir sus puertas con una decoración muy trabajada y algunos cambios en la carta para atraer a un público más joven.

Pedro Andreu, propietario de la cafetería Estoril, en el nuevo establecimiento de Sagasta.
Pedro Andreu, propietario de la cafetería Estoril, en el nuevo establecimiento de Sagasta.
A. Toquero

La cafetería Estoril es un clásico zaragozano que está a punto de cumplir 40 años de andadura, y los propietarios y hermanos gemelos, Pedro y José Antonio Andreu, no han encontrado mejor forma de celebrarlo que abriendo un nuevo establecimiento, Estoril Sagasta. El original está en la calle León XIII y, el nuevo, en el número 14 del Paseo de Sagasta. Es la zona que Pedro y José Antonio dominan, el centro de Zaragoza más comercial, donde se sienten cómodos y suman clientes y amigos por centenares.

La apertura del nuevo Estoril no responde exactamente al deseo de celebrar este aniversario tan especial. Sencillamente, comenta Pedro Andreu, “es un proyecto que estaba en mi cabeza desde hace tiempo; el local me gustaba muchísimo y en cuanto supe que lo traspasaban fui a por él”.

En junio se cerró la operación, en agosto se hizo la reforma y a mediados de septiembre vio la luz el nuevo Estoril. Es amplio, como el original, aunque son bastante diferentes. Eso sí, coinciden en su generosa barra, aunque de momento habrá que esperar hasta que se pueda volver a trabajar en ella.

Mucha madera, ambientación vegetal y una cuidada iluminación hacen que la estancia sea muy acogedora. “Es lo que hemos buscado, que la gente se sienta cómoda a cualquier hora del día”, prosigue.

El modelo de negocio es parecido en los dos. El momento del desayuno es uno de los más importantes. Churros, cruasanes, tostadas y repostería variada tienen mucho protagonismo. Especialmente recomendables son los bizcochos de naranja con chocolate y de café latte. Como argumentos salados, los bocatines de diferentes revueltos son los grandes protagonistas hasta que las tapas salen a escena.

Pedro Andreu junto a dos camareras de Estoril Sagasta.
Pedro Andreu junto a dos camareras de Estoril Sagasta.
A. Toquero

Pedro Andreu comenta que en estos 40 años el entorno ha cambiado bastante. Y el primero que lo ha hecho ha sido su propio negocio. “Estoril nació como una granja, que era como se llamaba a los bares que tenían repostería, chocolate, churros...”. Granja Estoril. Bajo esta denominación fueron los inicios junto a un gigante comercial como El Corte Inglés que acababa de abrir sus puertas. “En esos años lo movía todo –explica Pedro–, más del 80% de las personas que entraban en nuestro establecimiento iban a comprar allí”.

A día de hoy, esta veterana cafetería ha diversificado su clientela. “La mayoría sigue siendo gente de paso, pero también tenemos muchos vecinos de la zona, que aunque se han hecho mayores han dado el relevo a las nuevas generaciones”.

Con el paso del tiempo, el nivel culinario de la cafetería Estoril ha crecido y ello se refleja en detalles como los dos premios obtenidos a la mejor tapa mediterránea. A la hora de la comida, el plato del día se adapta a un recetario casero y, por las tardes, reinan el chocolate con churros y una interesante carta de batidos con frutas naturales.

El entorno del paseo de las Damas pierde mucha presencia de público en el momento que cierran los comercios. ¡Y vaya si lo notan estas dos cafeterías! “La caja que no hayas hecho a las nueve de la noche, no esperes hacerla de ahí en adelante”, comenta el propietario. Eso sí, los fines de semana la cosa se anima un poco más. “En el nuevo Estoril vamos a introducir una carta de bocadillos gourmet; queremos darle un aire diferente porque, además, el público es más joven”.

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