gastronomía

Uno de los mejores cruasanes de Zaragoza celebra su 15 aniversario

Le Petit Croissant abrió su primera tienda en 2006 y su producto estrella se ha posicionado en poco tiempo entre los de más calidad de España.

Anne-Laure Romeuf, propietaria de Le Petit Croissant.
Anne-Laure Romeuf, propietaria de Le Petit Croissant.
A. Toquero

La panadería y pastelería Le Petit Croissant de Zaragoza celebra este sábado 2 de octubre su 15 aniversario. Aquel día de 2006, Anne-Laure Romeuf abrió su primera tienda en el número 3 de la calle Hernán Cortés. Inició la andadura discretamente y a día de hoy cuenta con dos establecimientos más, en el Paseo de la Constitución y en Puerto Venecia.

Para celebrar los 15 años de andadura, estos días se han sorteado 15 cruasanes de un kilo en las redes sociales. Además, durante la próxima semana se podrán adquirir de este tamaño en sus tiendas.

Anne-Laure habla con pasión de su negocio y de su 'familia', las 33 personas que trabajan en las tres tiendas. “Son el alma de Le Petit Croissant –comenta–, su actitud es la que ha hecho realidad el sueño de ver crecer este proyecto”. Sobre todo, ante las dudas que han surgido en los momentos más complicados de estos 15 años.

Las placas de mantequilla que se utilizan para los cruasanes.
Las placas de mantequilla que se utilizan para los cruasanes.
A. Toquero

Como para tantas empresas, la pandemia ha sido uno de los más difíciles, “pero no he querido que ningún trabajador fuese al Erte”. Para intentar conseguirlo, se reforzaron otras áreas de negocio como la venta 'online' y, especialmente, el envío de desayunos a domicilio. “Gracias a esa decisión, que no fue fácil de tomar porque los ingresos bajaron mucho, –concluye esta empresaria–, hoy estamos mejor que antes del coronavirus”.

Además de una plantilla implicada, Anne-Laure lo fía todo a la calidad de las materias primas. “No hay más secretos”. Por ejemplo, para su producto estrella, el cruasán. “Empleamos una mantequilla especial que no se vende en España, la traemos de Francia junto a algunas harinas”, explica. Esta es la gran diferencia al degustar este producto, que no se elabora con margarinas u otras grasas. Y se nota, vaya si se nota.

Cuando hace 15 años empezó a venderlos los diseñaba con la misma forma que en su país, es decir, alargados. “Así son los franceses, pero en España no se consideran cruasanes, así que finalmente optamos por hacerlos con cuernos”. Otra diferencia es que los de aquí son más grandes.

Muchos de los productos de repostería de Le Petit Croissant reposan durante bastante tiempo, pero especialmente la masa de los cruasanes. “Influye mucho la temperatura de manejo, es un producto vivo y muy delicado que tarda dos días en estar listo hasta que se mete al horno”, describe Anne-Laure.

Además del clásico, se ofrecen unas cuantas variedades: de cereales, nueces, naranja, almendra, praliné... También hay alternativas saladas como el de jamón y queso. Pero la base es la misma en todos.

De su calidad ha quedado constancia en varias publicaciones. En ´El Comidista`, el portal gastronómico de 'El País', Mikel López Iturriaga lo incluye en ´El mapa de España del buen cruasán`. Es el único de Zaragoza que aparece.

Por otra parte, la revista 'Elle' lo citó hace dos años como uno de los diez mejores de España. En la reseña se decía: “Este coqueto café trae un pedacito de París a sus mesas cada día con sus cruasanes artesanos. Hay quien hace una parada en los viajes de Madrid a Barcelona para probarlos”.

Pero en las tiendas hay vida más allá de este producto. “Trabajamos, sobre todo, el pan de tradición francesa, es más compacto, tiene poca levadura y un periodo largo de fermentación; aguanta muy bien una semana”, explica Anne-Laure.

Además, la pastelería ha crecido mucho. “En cada tienda hay dos pasteleros y dos panaderos muy bien formados –prosigue–, elaboran productos adaptados a España como el roscón típico francés de hojaldre y crema que se come caliente”. 

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