Alimentación Consciente

Cómo empezar a leer las etiquetas de los alimentos correctamente

Saber interpretar la información nutricional es importante para hacer elecciones saludables.

Buena parte de la ciudadanía no comprende con claridad qué es lo que pone en las etiquetas de los alimentos que se lleva a la boca.
Parte de la ciudadanía no comprende con claridad qué es lo que pone en las etiquetas de los alimentos que consume.

Uno de los aspectos más determinantes de llevar (y bien) la rutina es la adecuada preparación de las comidas diarias. Saber qué comemos y cómo cocinamos es muy importante para seguir una dieta saludable. Para ello, organizarse es muy importante y la compra es el primer paso que hay que dar en pos de una vida sana.

Aunque el gesto de echar productos en el carro del supermercado está muy automatizado, deberíamos pararnos un segundo antes de escoger un alimento u otro y leer las etiquetas con la información nutricional. Apostar por preparaciones con menos añadidos como los edulcorantes y comprobar en la lista de ingredientes qué es lo que efectivamente vamos a comer es importante no solo con vistas a conseguir ciertos resultados estéticos, sino por motivos de salud. 

El Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón explica cuáles son los primeros pasos que hay que dar para leer correctamente las etiquetas de los alimentos y poder elegir con un buen criterio:

  • Listado de ingredientes: si tiene demasiados ingredientes o parece una lista de laboratorio, probablemente no sea saludable.
  • Si el listado es largo: los ingredientes se ordenan según su presencia en el producto, de mayor a menor. Los que aparezcan primero deben ser saludables. 
  • Tipo de grasa: hay que evitar productos con 'grasa vegetal', 'grasa hidrogenada' o 'grasa trans'.
  • Cantidad de azúcar: lo ideal es que tenga menos de un 5%.
  • Cantidad de sal: si tiene más de 1,2% es un producto con mucha sal.

Al respecto de los aditivos, esos ingredientes que están escritos con una E seguida de un número, cabe destacar que son añadidos controlados y seguros, pero esto no quiere decir que sean inocuos. El Colegio diferencia dos tipos. Primero, están los que interfieren en el sabor natural del alimentos, como edulcorantes (del E950 al E967) y potenciadores del sabor (del E620 al E635), es mejor evitarlos. Por otro lado, los antioxidantes y los conservantes (aquellos E3XX y E2XX) son seguros y no afectan al valor nutritivo de los alimentos en los que están presentes.

Por último, hay que ser avispados y entender que muchos adjetivos, como 'al estilo de la abuela', 'receta tradicional', 'rústicos', etc.; no son más que elementos de marketing y habitualmente no significan que el alimento esté preparado de una manera especial o más sana. Lo importante es siempre acudir a la lista de ingredientes y la información nutricional.

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