verano
La música se resiente en El Corazón Verde pero su terraza es un paraíso junto al Canal
Su propuesta culinaria se ha reducido por la pandemia, pero la carta de cócteles y el vermú de los domingos siguen teniendo mucho tirón.
El ritmo de los latidos de El Corazón Verde (c/ África. Zaragoza) se ha resentido un poco por la pandemia –sobre todo su alma musical–, pero como terraza, sigue siendo una de las mejores de Zaragoza para disfrutar a la fresca. Y eso que el apartado culinario también ha sufrido las consecuencias de la crisis sanitaria.
El Corazón Verde, junto al Canal Imperial a su paso por Torrero, está plenamente integrado en el barrio. Al menos así lo creen sus dos socias, María Luisa Usoz y Carmen Higueruela, que cada día notan la presencia de más vecinos del entorno. “Es que es un espacio maravilloso –se recrea María Luisa–, yo soy de Delicias y cuando vine aquí pensaba que iba a haber mucha humedad y mosquitos, pero ni lo uno ni lo otro; el Canal me da la vida”.
Eso mismo deben pensar los clientes que prácticamente todos los días llenan las 24 mesas de la terraza. En esta época, a partir de las seis de la tarde el sol ya no da directamente y es cuando más apetece estar. En verano solo abre en horario vespertino, aunque los domingos se mantiene la tradición del vermú y a las doce del mediodía ya hay clientes esperando.
María Luisa y Carmen reconocen que El Corazón Verde nació, sobre todo, para ser un bar/sala de conciertos donde pudieran tocar grandes figuras del blues. Así fue hasta que la pandemia lo trastocó todo. “El verano pasado fuimos el primer garito en volver a programar, pero para 50 personas en dos pases”, comentan. Y en lo que queda de año también quieren organizar algún concierto. Pero claro, con estos aforos es imposible.
Ellas tienen claro que la vuelta a la normalidad musical tendrá que esperar, pero se les está haciendo largo. Al no poder disfrutar de la parte romántica del negocio, no les queda más remedio que darle vida a la terraza, que es de lo que realmente les da de comer.
En cualquier caso, en El Corazón Verde la música de calidad no deja de sonar, acompañando de fondo pero sin molestar. Esta banda sonora y la relajante presencia del Canal Imperial y de los patos que van y vienen por el agua, hacen que la estancia sea muy agradable.
En sus diez años de vida, no ha sido un lugar que atendiese especialmente la parte gastronómica. Su carta de ensaladas y de raciones no era muy amplia, “pero la pandemia nos ha obligado a ajustar la plantilla, así que nos hemos centrado en ofrecer una decena de pizzas de calidad que elaboramos en un horno de piedra”, asegura María Luisa.
Lo normal es que ella esté todo el rato preparándolas en la cocina porque “una vez que la gente viene hasta aquí le apetece picar algo”. Lo que no ha cambiado es la carta de cócteles. Se ofrecen propuestas clásicas como mojito, caipiriña, daikiri, piña colada…, pero también los hay de creación propia, como el calypso mama, exótico y tropical. “Llama mucho la atención –reconocen–, en cuanto lo pide una mesa enseguida sale en más”.
El vermú de los domingos sí que tiene más enjundia culinaria: chorizo a la sidra, montaditos variados como el de jamón batido, que es el más popular, pinchos morunos de pavo…. Y, por supuesto, su versión del 'guardia civil', cuyo secreto María Luisa no tiene inconveniente en revelar: “Comino en el arenque, ahí lo dejo”.
Por supuesto, en esta cita dominical también hay música. Aunque no se ofrecen conciertos en directo, sí que suele acudir un Dj para amenizar el vermú. Lo dicho, nunca falta una buena banda sonora.
