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Louis Geirnaerdt: "La garnacha tiene cada vez más voz y más futuro"

El propietario de Axial Vinos y de Bodem Bodegas dice que el vino es una bebida trivial y desenfadada que debe comunicarse con sencillez.

Louis Geirnaerdt, bodeguero y comerciante de vinos.
Louis Geirnaerdt, bodeguero y comerciante de vinos.
Guillermo Mestre

Louis Geirnaerdt (1960, Goes, Países Bajos) es propietario de Axial Vinos y de Bodem Bodegas y copropietario de Bodega Prados del Moncayo.

¿Por qué eligió Aragón para desarrollar su carrera profesional en el mundo del vino?

No sé si fue elegir. Creo que fue más bien el destino. La primera noche de mi vida española la pasé en Aliaga, Teruel, el 3 de junio de 1980. Era estudiante de Geología y vinimos a estudiar en esta zona. Fue espectacular, el impacto fue brutal y, efectivamente, me cambió la vida. Desde entonces la mayor parte de mi vida gira alrededor de Aragón. Con los años me he dado cuenta que me atraen los espacios abiertos, la naturaleza salvaje, y por supuesto, la gente honesta, directa y realista.

¿Tutean los vinos aragoneses de garnacha a varietales de otros países o llevan mucha distancia?

Por supuesto que se tutean y además sin problema. No creo en las distancias. Creo en la fe en la fuerza propia. Con fe y seguridad todo sale adelante. Esto se ve en el desarrollo de nuestra garnacha y sus percepciones ya casi a nivel mundial. La garnacha tiene cada vez más voz y más embajadores que la defienden, lo que hace aumentar la fe en esta uva. Tiene mucho futuro.

Ha trabajado en Somontano, en Campo de Borja y en Cariñena. ¿Cómo resumiría el potencial de cada una de estas zonas?

El Somontano es una zona con un clima muy brillante, con mucha luz. Es el punto de encuentro entre el calor y los frescores que bajan de la montaña. Un lugar precioso y abierto. Campo de Borja y Cariñena viven de su geografía entre el Sistema Ibérico, el valle del Ebro y el cierzo que fluye entre el Atlántico y el Mediterráneo. Un clima duro pero bonito, con mucho carácter. Todas estas zonas tienen mucho potencial. La cuestión es que hay que ser fiel al origen y las características de cada sitio. Sin respeto no hay potencial.

Construyó una bodega, Bodem, en la D. O. Cariñena. ¿Por qué se decidió por esta denominación de origen?

Llevo ya más de 40 años enamorado de este país, llevo mas de 30 años luchando todo lo que puedo por Aragón y sus vinos, en este orden. Son ya 22 años que voy abriendo camino para que los vinos de Cariñena estén presentes en muchos rincones del planeta. He estado siempre convencido del potencial gigantesco de Cariñena. Es un campo que tiene muchas posibilidades, con muchos microclimas y suelos muy distintos. Es una zona en la que pueden convivir sin problema producciones de gran volumen con experimentos de más finura, tanto a nivel de producción como del comercio. Las posibilidades son infinitas. Bodem y Las Margas serán referencia por ser un ejemplo de un vino que defiende su origen por todo lo alto.

La pandemia está afectando al comercio del vino en hostelería. ¿Se nota, en contrapartida, un repunte de ventas en las tiendas?

Está claro que esta pandemia provoca un enorme cambio en la influencia de los canales de distribución. Sí que las ventas en supermercados han subido bastante y más aún a través de internet. Aun así no sustituyen del todo la gigantesca pérdida de los bares y restaurantes.

¿Cómo ve el futuro? ¿Seguirán al alza los varietales, se venderán más los blancos y rosados?

Mi confianza está en que el vino es patrimonio de una cultura ya totalmente universal. Desde la Mesopotamia de hace miles de años el vino está en nuestras mesas. Un producto natural y sano. El vino sobrevivirá sin ninguna duda. La garnacha como vino varietal seguirá al alza. Los blancos españoles también subirán, sobre todo en el extranjero. Y el rosado estará, al menos para quedarse.

Una visión muy optimista, con la que está cayendo.

Sí, pero hay que añadir más valor al producto en general. La llave del futuro del mercado de vinos pasa por ahí. Hacer vino es fácil, siempre lo ha sido. Pero con este mundo tan acelerado es cada vez más importante tener un I+D en movimiento continuo. En todos los departamentos de la bodega, desde el campo hasta los que estamos en ventas. La presión que tenemos es enorme y la pandemia ha supuesto aún mas presión. Hoy en día los consumidores buscan calidad. En el vino y en lo que le rodea. Por ejemplo, en Bodem Bodegas ya tenemos nuestra energía al 100% renovable e iremos a más.

¿Y qué se podría hacer para ganar consumidores entre la gente joven?

El vino es una bebida totalmente trivial. Lo bebemos porque nos gusta. Es así de sencillo. Y, por lo tanto, el mensaje también ha de ser sencillo, desenfadado y sin complicaciones. Ahí juegan un papel importante, por ejemplo, los rosados. Consumir en cualquier momento es otro tabú: nada de maridaje con tal o cual plato. La juventud quiere libertad.

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