dieta saludable

¿Puede ser el ayuno intermitente un modo de compensar los excesos de la Navidad?

No está probado que el ayuno tenga mejores resultados para adelgazar que otras estrategias nutricionales.

El ayuno intermitente debe estar controlado por un profesional.
El ayuno intermitente debe estar controlado por un profesional.
Dreamstime

Si hay algo que caracteriza a la Navidad son los excesos de todo tipo, pero sobre todo los gastronómicos. Después de las fiestas llegan los propósitos para el nuevo año, entre los que habitualmente se encuentra perder ese par kilos extra que marca la báscula. Para no desesperar y, sobre todo, no sentirse culpable, lo mejor es afrontar el periodo navideño con tranquilidad, disfrutar y no tratar de compensar los excesos con técnicas que pueden ser incluso perjudiciales para la salud. 

"No es necesario ayunar para mantener una dieta más saludable ni está demostrado que el ayuno consiga mejores resultados a la hora de perder peso que otras estrategias nutricionales", explica Juana María González Prada (nº CAT000921), directora técnica de la clínica Alimmenta. Antes de plantearse aplicar este mecanismo nutricional, hay que entender que los ayunos prolongados (durante días) pueden producir cetosis, una condición patológica que se produce por la utilización de la grasa corporal como fuente de energía principal. En condiciones de ingesta diaria, la fuente principal de energía son los carbohidratos seguidos de una menor proporción de grasas.

¿Cómo se practica?

González señala que el ayuno más seguro es el que restringe los alimentos sólidos, pero no líquidos (agua, infusiones o caldos) y el periodo entre ingestas es menor de 24 horas. "Esto significa que se come cada día, pero hay una ventana de 12h (este tipo de ayuno es el más tradicional) en las que no se come".

Aún así, la directora de Alimmenta apunta que la mayoría de personas responden mucho mejor a una ingesta calórica ordenada, rica en fruta y verdura y sin restricción de ningún grupo de alimentos (ricos en carbohidratos, proteínas y grasas saludables). Por lo tanto, a la hora de seguir una pauta como el ayuno intermitente debemos encontrarnos cómodos con esta técnica e implementarla de manera sencilla, como por ejemplo, dejando la ventana de 12 horas entre la cena hasta el desayuno aprovechando las horas de sueño.

No funciona para compensar

Esta dietista y nutricionista explica que utilizar el ayuno intermitente como un mecanismo para compensar los excesos navideños no funciona. "Si una persona está acostumbrada a hacer 3 comidas principales y 1 o 2 refrigerios, el restringir puntualmente la ingesta va a producir más hambre y ansiedad al día siguiente", apunta.

La ansiedad que puede generar la sensación de hambre al tratar de compensar un atracón o una comida más copiosa provocará una ingesta más desordenada al día siguiente y aumentará el riesgo de picotear. Además, la sensación de falta de control sobre la comida y la sensación de hambre puede causar sentimientos de culpa y potenciar la ansiedad en la relación con los alimentos.

¿Cómo afrontar los excesos?

"Con una ingesta ordenada, acorde a nuestras preferencias, sin olvidarnos de comer la fruta", sentencia González. La fruta entre horas previene comenzar las comidas principales con mucha hambre y es recomendable iniciar los menús con verduras: pinchos de tomatitos y mozzarella, ensaladas o verduras como acompañamientos de los platos principales (coles de Bruselas, zanahorias, cebollas chalotas, setas…) son algunas de las ideas que nos lanza esta nutricionista.

También es importante tratar de moderar la ingesta (no porque sea la comida de Navidad hay que ver quién se atiborra más) en vez de buscar a posteriori mecanismos de compensación. Otra manera de enfocar el periodo navideño es pensar que los días de fiesta son pocos, por lo que el resto de la semana se deberán seguir las costumbres habituales y las comidas equilibradas. Otros mecanismos que Juana María aconseja seguir para no excederse esta Navidad son:

  • Retardar la hora de empezar a comer al sentarnos a una mesa llena de comida.
  • Comer despacio.
  • Servirnos en el plato lo que vamos a comer para visualizar la cantidad.
  • Moderar la ingesta de alcohol, bebiendo también agua.
  • Elegir postres de fruta: macedonias, frutas horneadas o frescas.
  • Controlar la ingesta de dulces navideños y apartarlos de la mesa.

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