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Sopa de cebolla: una preparación especial para entrar en calor durante el invierno

Esta tradicional receta se sirve prácticamente ardiendo. Lo mejor es que puedes prepararla con anticipación y hornearla justo en el momento. 

Sopa de Cebolla
Sopa de Cebolla
Pixabay

Durante los días más fríos del invierno, el cuerpo nos pide consumir alimentos calientes y cargados de propiedades que nos ayuden a entrar en calor y mantener la temperatura corporal. En esta línea, la sopa es el acompañante ideal para aclimatarnos. Y más todavía, si está preparada fundamentalmente con alguna verdura repleta de beneficios como la cebolla. Una fuente de fibra, vitaminas y minerales que refuerza el sistema inmune, ayuda a la digestión y disminuye el colesterol, entre muchas otras ventajas. 

Un dato realmente interesante de esta preparación, cuyo origen se le atribuye a Francia durante el siglo XIV o XV, es que era considerada como "la sopa del pueblo" debido a que el cultivo de cebolla era fácil y de bajo coste. No obstante, la tradición de añadir queso rallado es bastante posterior y moderna. Hoy os enseñaremos a cocinar la versión tradicional de la sopa de cebolla, perfecta para un tazón con pan y bastante queso. 

Es muy importante tener presente que este plato se sirve prácticamente ardiendo. ¿Lo mejor? Es que puedes prepararlo con anticipación y hornearlo justo en el momento de la comida para conseguir el gratinado perfecto. Esta sopa es tan reconfortante y sabrosa que seguro querrás repetirla en más de una ocasión. ¿Sugerencia para el postre? Prueba la tarta de limón versión rápida.

Toma nota de todo lo que necesitas antes de comenzar:

Ingredientes

  • 500 gr de cebolla
  • 2 litros de agua
  • 2 puerros
  • 60 gr de mantequilla
  • 1 cucharada de harina
  • 100 ml de vino blanco 
  • 4 hojas de laurel
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1 cacito de caldo de pollo 
  • sal, pimienta y tomillo 
  • 1 barra de pan del día anterior 
  • 250 gr de queso rallado 

Una vez que cuentes con todos los elementos, sigue paso a paso la receta para cocinar este delicioso plato.

Preparación

  1. Para comenzar, corta la barra de pan (preferiblemente del día anterior) en láminas y tuéstala en el horno para utilizarla más adelante en la receta (el secreto es hacerlo antes de todo). 
  2. En una sartén se pone la mantequilla a fuego medio-alto y poco a poco se añade la cebolla  cortada en laminas finas (tipo juliana). Agregar los puerros cortados y mover suavemente.
  3. Para dar vida a la sopa, en una olla poner a fuego medio el agua con las hojas de laurel, el tomillo, sal, pimienta, el cacito de caldo de pollo y la cucharada de azúcar. 
  4. No debes olvidar supervisar la cebolla. Tienes que moverla constantemente para que no se queme. Estará lista para llevar a la olla cuando tome color. 
  5. Lentamente agregar la cucharada de harina (sirve como truco para espesar la sopa). Remueve y mezcla muy bien. 
  6. Poco a poco incorporar los 100 ml de vino blanco, procura echar bien todos los ingredientes.  Deja cocer a fuego medio unos 40-45 (con supervisión). 
  7. En un bol o un tazón grande, colocar un trozo de rebanada de pan como base, es decir, que llegue al fondo. Llenar con sopa de cebolla caliente y añadir trozos o rebanadas de pan tostado al gusto (dos o tres). Esto, para sujetar el queso.
  8. A continuación, cubrir toda la superficie con queso rallado para conseguir un gratinado completo.
  9. Unos 15 minutos antes de ir a la mesa, hornear a 200º hasta que se vea el queso dorado, gratinado y la sopa esté muy caliente. ¡Todo listo! no olvides advertir a tus invitados que el tazón está ardiendo.

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