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Receta de churros 'healthy' para posturear en Instagram y sumarte al 'realfooding'
Aunque es una receta de la que solemos disfrutar fuera de casa, aprender a ejecutarla puede ayudarnos a que, por ejemplo, sean más saludables.
Si a algo invita la bajada de las temperaturas (además de aprovechar el buen momento por el que pasan las pistas de esquí aragonesas) es a disfrutar del combo sofá, manta y película. Una triada ganadora para tardes en las que las obligaciones pueden pasar a un segundo plano que, sin embargo, solo será 100% placentera si se acompaña de una merienda a la altura... Al menos en lo que al sabor se refiere, pues con la irrupción del movimiento 'real fooding' son pocos los que se resisten a las recetas elaboradas y supersaludables que permiten disfrutar de sabores de los más interesantes sin sumar más calorías de las recomendadas en una dieta equilibrada.
Así, toca renunciar a numerosos placeres dulces que afloran en invierno como, por ejemplo, los churros -manjar nacional que encuentra en Zaragoza una aliada indiscutible-. O eso piensa la mayoría... Y es que esta receta tradicional es de lo más versátil y permite alterar su composición hasta dar con una masa saludable que no abuse del aceite (aunque sea de oliva) y del azúcar y que, además, haga las delicias de los usuarios de Instagram que ya están abonados al 'batch cooking' y que están ávidos por poner en marcha platos clásicos que, sin embargo, rompan los esquemas.
Ingredientes:
- Una taza de agua
- Una taza de harina de avena
- Dos cucharadas de aceite de coco
- Un huevo
- Una vaina de vainilla
- Media cucharadita de canela
- Una pizca de sal
Preparación:
Precalentar el horno
Aunque la receta clásica apuesta por freír los churros en una cantidad abundante de aceite (ya sea de oliva o de girasol), esta revisión saludable elige al horno como su aliado. Así, mientras se prepara la masa, lo mejor es precalentarlo a 180ºC durante unos 20 minutos, para asegurarnos de que alcanza la temperatura suficiente para conseguir que nuestros churros se doren al tiempo que el interior se cocina.
Manos a la masa
Para lograr una masa de calidad, hay que comenzar calentando el agua en una olla, junto con la sal, el interior de la vaina de vainilla y el aceite de coco, y llevar la mezcla resultante hasta la ebullición. Una vez rompa a hervir, con ayuda de una cuchara de madera, hay que remover el contenido ya fuera del fuego mientras se le agrega la harina de avena hasta que empiece a coger la consistencia de la masa de los churros. Después, añadir el huevo y seguir removiendo hasta que no quede ningún grumo y la textura sea pegajosa; y dejar reposar a temperatura a ambiente durante unos 20 minutos.
¡Al horno!
Con ayuda de una manga pastelera de boca grande (si son muy pequeños nos quedarán demasiado duros), poner sobre una bandeja de horno cubierta con papel la masa en forma de tiras de unos diez centímetros, aproximadamente, o en forma de aro si se prefiere. Una vez dispuestos, hornear durante unos quince minutos, con el calor puesto arriba y abajo, hasta que adquieran la característica tonalidad dorada. Eso sí, es importante vigilarlos de cerca, pues la potencia de cada horno varía lo suficiente como para que el mismo tiempo de cocción deje unos crudos y otros quemados.
Y como acompañante...
Como disfrutar de churros sin chocolate no tiene ningún sentido, mezcla 50 ml. de leche de coco en una olla y caliéntalo hasta que empiece a hervir. En ese momento, agrega una tableta de cacao al 80% y disuelve hasta que no quede ningún tropezón. A la hora de servir, si quieres, puede espolvorearle canela en la superficie para que tenga un toque diferente, pero igualmente agradable.
