El Roneo: tarifa plana de fritos, salazones y carnes en Zaragoza

No es tan fácil elaborar una buena fritura. La calidad de las materias primas; la importancia del aceite y su temperatura; las harinas que se utilizan... Son muchos los factores que influyen y en El Roneo los tienen bastante controlados. Hay establecimientos donde antes de probar nada, uno ya intuye que el nivel va a ser alto. Es lo que sucede en esta freiduría andaluza. La puesta en escena de la barra es inmaculada y las presentaciones están cuidadas con mucho detalle.

Las elaboraciones de fritos son las que tienen más tirón: calamares, tortillas de camarón, cazón de Barbate, pescaítos, ancas de rana, pulpo... En todos los casos se utiliza harina malagueña –una mezcla de harinas de garbanzo y de trigo duro– que se queda bien adherida al producto y retiene poco aceite. En este apartado también hay que reseñar los ‘espeluznaos’, típicos de Granada, que no son otra cosa que rejos de potón (rodajas de pota que imitan el pulpo) que se acompañan con pimientos de Padrón y salmorejo.

En El Roneo no hay una carta al uso. Es algo diferente. Eso sí, clara y concisa, tanto en las elaboraciones como en el precio. Para las raciones, casi podría decirse que hay tarifa plana: 5,50 euros. Es lo que cuesta la freiduría y, por ejemplo, las carnes. Se trabajan el lagarto de Huelva –una tira que va adherida al espinazo del cerdo ibérico, que se prepara la andaluza o a la piedra–, el secreto ibérico y la chuleta a la piedra (200 gramos aproximadamente).

Este mismo precio es el de las sartencicas, como la de verduritas en tempura con salmorejo, el bacalao con Padrón o los buñuelos de sepia con alioli. También es lo que se cobra por otras raciones como la de mojama y almendras, cecina de potro trufada o lacón a la gallega. En todos los casos, van acompañadas de pan con salmorejo.

Otro precio de referencia es el de 1,50 euros. Es lo que cuestan las tostas a soplete, entre las que se incluyen presentaciones tan interesantes como sobrasada y tocino ibérico; roquefort a la sidra y anchoas, o pulpo con alioli negro. Y lo mismo sucede con el surtido de montados en pan caliente, las gildas o las croquetas. Por cierto, las hay con ingredientes tan curiosos como carne mechada con salmorejo, huevos fritos con chorizo y rabo de toro y aceite trufado.

Hecho al momento

Todas las elaboraciones se hacen al momento y, además de la interesante mirada al sur, hay productos como torreznos de Soria y fardeles de Calatayud. Para acompañar, hay una buena presencia de vinos de Jerez y manzanilla, de Barbadillo, servidos en copa helada.

Otro dato de interés es que además de esta carta, hay otra especial sin gluten para celíacos que incluye la mayoría de las presentaciones ya reseñadas. Y lo mejor de todo, al mismo precio.

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