El restaurante El Baruco del Condado ha dado el salto desde Nuez de Ebro a Utebo, de la ribera baja a la ribera alta del Ebro, huyendo de la estacionalidad y buscando consolidar en un entorno más urbano una propuesta gastronómica de calidad.

Carmen Ayuda, en la sala, y Jesús Quintín, en la cocina, son el alma del proyecto. Formados en la Escuela de Hostelería de Miralbueno, su máxima estos años ha sido la de intentar dar de comer muy bien a un precio razonable y en ello continúan en Utebo.

Su propuesta estrella es el menú Baruco (16 euros) que se puede disfrutar durante toda la semana, de martes a domingo, a mediodía y por la noche. No deben perder dinero con él, pero tampoco ganar mucho. La sensación a la mesa es que todo vale más de lo que realmente cuesta, empezando por las presentaciones, muy cuidadas.

En Utebo es un menú que ha sorprendido. Consta de tres centros de mesa a compartir –la semana pasada ensalada de tomate, burrata y aceite de trufa; carpaccio de atún con vinagreta de cítricos y arroz campero y alioli de almendras– y según cuentan Carmen y Jesús, los clientes pensaban al principio que había que elegir uno. Pues no. Los tres se comparten, así que es una propuesta para disfrutar sin demasiada prisa.

Segundos platos

Entre los segundos, una receta que se repite bastante es el muslo deshuesado crujiente con salsa de boletus, pero también pueden aparecer cocochas de ibérico, guiso de garnacha y chutney de manzana, varias versiones de canelones o merluza rellena de changurro. Además, siempre se puede elegir entrecot con un suplemento de 6 euros.

Este menú está pensado para dos personas como mínimo, pero si son tres o cuatro se adaptan las raciones. Cambia todas las semanas y los postres son caseros. En fin, una interesante propuesta gastronómica por la que casi se podría cobrar al doble en el centro de Zaragoza. También hay una opción de menú exprés (10,80 euros) en la que se elige un entrante y un principal, además de la bebida y el café.

En la carta de sugerencias, Jesús Quintín echa el resto. De ella no puede eliminar la flor de alcachofa con virutas de foie ni el pulpo a la parrilla con parmentier y pimentón ahumado. El resto va cambiando. Pueden aparecer ostras escabechadas o pescados como corvina, a la que este cocinero le tiene muy bien cogido el punto en una singular preparación a la sal.

Arroz negro con bogavante, tataki de chuleta macerada, carpaccio de camarón con perlitas de yuzu y soja, chipirones a la plancha con ajoaceite o lomo de rodaballo a la bilbaína son otras opciones que suelen estar presentes. Además, Carmen, que tiene formación en sala y cocina, prepara steak tartar a la vista. El concepto de cocina es tan abierto que alrededor de esta carta de sugerencias o de lo que el cliente desee, se cierran menús para grupos ajustando precio y producto.

Lo dicho, Utebo acoge un interesante espacio gastronómico alrededor de dos jóvenes con muchas inquietudes que entienden su profesión como un reto al que hacer frente y superar con buena nota cada día.

El Baruco del Condado

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