En la nevera o a temperatura ambiente: ¿dónde se guardan los huevos?

En cualquier supermercado lo habitual es encontrarlos en estantes a temperatura ambiente. Sin embargo, al llegar a casa los conservamos en frío.

El consumo de un huevo al día se asocia con un perfil de metabolitos sanguíneos que conlleva con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Aunque parezca contradictorio, lo correcto es guardarlos en diferente lugar dependiendo de si estamos en casa o el súper.

Después de haber hecho la compra, haber acudido al pasillo donde los huevos se encuentran almacenados a temperatura ambiente y haber escogido los que se buscaban, llegamos a casa y lo primero que hacemos es sacarlos del envase y colocarlos en el estante superior de la puerta de la nevera. Pero, ¿por qué si en la tienda no estaban refrigerados, nosotros al llegar a casa los guardamos en frío?

Si bien es cierto que los huevos no necesitan el frío para conservarse, sí requieren una temperatura constante para que su capa protectora no sufra daños. Teniendo en cuenta que los refrigeradores de estos establecimientos están constantemente abriéndose y cerrándose, la cutícula, es decir, la película fina que envuelve la yema y la clara por debajo de la cáscara, podrían romperse y dar paso a bacterias que lo contaminen (como ocurre cuando se intenta lavar un huevo). Por eso, en los supermercados se recurre a estantes a temperatura ambiente que aseguren al consumidor que esos huevos no han estado sometidos a cambios bruscos de temperatura.

Y sí, al llegar a casa hay que meterlos en la nevera, pues es más fácil que la temperatura fluctúe alrededor, con la calefacción o el aire acondicionado. El frío no altera, además, ni las propiedades ni el sabor de este producto que tan rico está en forma de huevo frito perfecto o de rotos con jamón y foie. También conviene saber que el frío de la nevera contribuye a que conserve una clara más densa y una yema más centrada.

¿Los huevos en la puerta de la nevera? Jamás

Aunque hay muchas neveras que vienen equipadas con una cómoda huevera en la balda superior de la puerta de la nevera, esta zona del frigorífico es la menos segura. Al ser la parte que abre y cierra, también es donde más cambios de temperatura se producen; por eso, los alimentos más delicados, como los lácteos o los huevos, deben dejarse siempre en el estante inferior de este electrodoméstico, el más frío y estable.

Cabe recordar, además, que si se someten los huevos a constantes cambios de temperatura, por muy leves que puedan parecer, la cutícula de la cáscara puede fracturarse, permitiendo la entrada de la salmonela o provocando una indigestión severa.

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