Pastelería Belenguer, cien años haciendo la vida más dulce
Inmaculada Belenguer continúa una tradición familiar que arrancó hace cien años su abuelo Sebastián. Sus bombones ya han conquistado a los paladares más exquisitos.
Hace un siglo, el 13 de septiembre de 1918, Sebastián Belenguer Sanz abrió las puertas de su pastelería, en la pequeña localidad de Alcorisa. Años después, su hijo, Gonzalo Belenguer, se hizo cargo del negocio, junto a su mujer, y los dos inculcaron esta pasión a una de sus cuatro hijas, Immaculada Belenguer, quien acaba de recibir el premio Con Mucho Gusto a la Empresa que Destaca en el Ámbito de la Gastronomía, un galardón que recogió con gran ilusión porque supone "el reconocimiento a nuestro trabajo desde hace un siglo. Un oficio al que hemos dedicado mucho tiempo y un gran esfuerzo económico y personal", apuntó en la gala.
Su pasión por la pastelería y la chocolatería se hizo evidente a partir de los 16 años y pudo más que el esfuerzo que veía que sus padres hacían todos los días para sacar adelante el negocio. "Era una vida muy sacrificada, donde no había fiestas ni fines de semana, pero en cuanto te metes en este mundo, te enamoras del oficio y ya no puedes salir", indica Inmaculada.
Con mucho tesón y una extensa formación, la actual responsable de Pastelería Belenguer ha conseguido diversificar su negocio y, en la actualidad, sus bombones, elaborados artesanalmente para crear una experiencia única de texturas y sabores, se han convertido en todo un referente de la marca que no solo se consume en Aragón, sino que también ha conquistado ya rincones tan lejanos como algunos países árabes, Estados Unidos, Alemania, Francia o Gran Bretaña. "Son piezas muy especiales, que pintamos a mano, de manera que no hay dos iguales", matiza esta maestra de los dulces, que prepara nuevas sorpresas de cara a 2019.
Sus bombones, de 18 sabores sorprendentes, consiguieron recientemente el premio a la Mejor Presentación de producto en los Premios del Salón de Gourmets. Una distinción que reconoce el mimo con el que, desde hace cien años, esta empresa, en la que trabajan cinco personas, se afana por hacer la vida más dulce a miles de consumidores.
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