Chilindrón para los ingleses

La turiasonense Estefanía Led triunfa en Cambridge con un cáterin de comida española que huye del tópico.

Como tantos otros españoles, el objetivo de mejorar el inglés llevó a la turiasonense Estefanía Led a Cambridge. Lo que iban a ser tres meses se han convertido en siete años, tiempo en el que esta periodista de profesión ha cambiado la grabadora por los fogones, convertida, con su empresa de ‘catering’ Qué Rico Tapas, en una embajadora de lo mejor que da el recetario español. Siempre, eso sí, huyendo del tópico y de los platos más trillados.

Puede decirse que Qué Rico nació por casualidad. "Cuando llegué a Cambridge, me alojé en casa de un señor con el que congenié. Siempre comía patatas y pasta, así que llegó un momento en el que decidí ponerme a cocinar", recuerda Estefanía, para quien la cocina era entonces una afición y un gusto madurado junto a su madre y su abuela en la cocina de Tarazona.

Una libra

"Yo notaba que el señor alucinaba con mis platos, tanto que llegó un momento que quiso compartirlos con otros amigos, ofreciéndose, incluso, a pagarme", relata. "La idea me pareció estupenda entonces, también para salir de mi círculo, conocer gente y practicar el idioma". La cosa fue yendo a más. Con un estudio de mercado y pruebas de platos. Ayudó mucho además que en Inglaterra poner en marcha un negocio es mucho más sencillo que en España: "Me costó una libra y no hay tantas exigencias sanitarias. Puedes montar una cocina en tu propia casa; basta con que tengas los utensilios separados, para uso propio y para otros, y de vez en cuando aparece un inspector".

Ahora, Qué Rico Tapas organiza desde cócteles en actos sociales hasta cenas en casas particulares. También propone catas de productos españoles, casi siempre temáticos y muy imbricados con la cultura española. "Recurro al recetario tradicional con toques más modernos, siempre usando producto español", cuenta Estefanía. "Hay platos que son insoslayables, como la tortilla de patata o las croquetas, pero intento evitar otros muy trillados, como la paella. La idea es que mis clientes prueben cosas a las que no suelen tener opción, aunque en España pertenezcan a nuestro día a día".

En este sentido, esta cocinera explica que su clientela inglesa es a menudo viajada o ha visitado alguna vez España fuera del turismo de sol y playa. "Suele ser gente igualmente con gusto por comer, abierta en este aspecto", añade. Y para ellos Estefanía cocina platos tan  fascinantes al ojo foráneo como impronunciables para el mejor acento inglés de Cambridge: atascaburras, el tan aragonés chilindrón (que gusta mucho) o migas. "También cocino carrilleras, con las que triunfo muchísimo", cuenta Led, quien además suele acompañar sus cenas con nociones para sus comensales sobre cultura española: cómo servir duelos y quebrantos sin hablar de Cervantes.

¿Gazpacho o ‘smoothie’?

Curiosamente, entre las cosas que sorprenden al paladar inglés, incluso al más avezado,están, por ejemplo, las sopas frías. "Les cuesta concebirlo. Por eso yo, simplemente, cambio el nombre: si sirvo gazpacho, les digo que es un ‘smoothie’ (batido, en inglés)". Aunque, curiosamente, Estefanía comenta que si hay algo que descoloca a los ingleses es la sencillez de las recetas españolas. "Cuando hago escalibada, les parece tan deliciosa que no pueden creer que sea simplemente verdura al horno. Lo que intento siempre es respetar el sabor propio de los ingredientes, siempre españoles, algo que, afortunadamente, cada vez es más fácil de conseguir fuera de España... menos la borraja", dice Estefanía no sin cierta nostalgia.

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