Huevos de Santo: esto está de muerte

El chef Daniel Yranzo participó en el Fórum Panasef, que la pasada semana se ha acercado de manera original a la muerte y el duelo.

Daniel Yranzo, con su huevo de santo.
Daniel Yranzo, con su huevo de santo.
Amaury Cabrera

La gastronomía forma parte del Día de Todos los Santos, que se celebra el próximo jueves de manera sustancial. Por eso, el Fórum Panasef, la mayor reunión del sector funerario que propone nuevas aproximaciones a la muerte y el duelo, que terminó el pasado sábado en Zaragoza, le reservó un lugar de honor.

Como la exhibición culinaria que Daniel Yranzo protagonizó el pasado jueves, para la que eligió actualizar con "sentido del humor" los famosos huesos de santo, convirtiéndolos en huevos de santo. "Se  trata  de una reinterpretación divertida, con los mismos ingredientes, pero en diferentes proporciones para hacer la receta menos azucarada y más ligera, al hilo de la repostería actual, menos calórica", explicó Daniel.

Para Yranzo, esta experiencia le ha servido para "investigar y aprender la forma en que la comida está ligada a la pérdida de nuestros seres queridos en el mundo. Quizá en España tengamos mucho que aprender de cómo otros viven  la muerte , en un ambiente de homenaje y cálido recuerdo". Me quedo con una preciosa tradición tailandesa, en la que se escribe un libro funerario de memorias acerca del difunto en el que se incluyen... ¡sus recetas!

Ingredientes para 16 Huevos de Santo

Para la natilla de almendras: 300 g. de nata; 100 g. de leche de almendras y 30 g de almendrina; 5 yemas de huevo; 90 g de azúcar; canela, piel de naranja, unas 5 hebras de azafrán. Para la almendra garrapiñada: 100 g de almendra Aragonesa con piel y sin tostar; 50 g de azúcar.Elaboración:

Para la natilla, infusionar la nata con la leche de almendras y los aromas. Dejar reposar 10 minutos y verter a través de un colador sobre las yemas batidas con el azúcar. Volver a poner a fuego suave y espesar sin dejar de remover para que no cuajen las yemas y adquiera textura de natilla. Enfriar, meter en un sifón y agregar dos cargas de gas. Picar las almendras a cuchillo hasta obtener un granillo irregular. Poner el azúcar al fuego con un poco de agua. Cuando quede poco líquido, agregar la almendra y dar vueltas con un cucharón hasta que el azúcar se cristalice. Bajar el fuego y seguir removiendo hasta que ese azúcar cristalizado se convierta en un caramelo que envuelva a las almendras. Verter sobre papel de horno y separar entre sí los trozos ayudándonos de 2 tenedores. Con ayuda de un cortador de huevos, retirar una sección de un huevo tamaño XXL. Lavar con agua y hervirlos 2 minutos en una olla con agua para esterilizar. Escurrir y secar. Rellenar los huevos con la espuma de natilla de almendra y coronar con almendra garrapiñada.Ir al suplemento de gastronomía

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