Desde arte sobre el café hasta ‘el arte del café’ –tanto haciéndolo, como catándolo–. Tres han sido los actos que han elegido Zaragoza para mostrar, desde diferentes puntos de vista, el amor por una de las bebidas más populares: cada español toma al año, de media, 599 tazas de café, según la Organización Internacional del Consumo.

El pasado lunes, Día Internacional del Café, el ilustrador aragonés Pepe Cerdá presentó una exposición de acuarelas de las cafeteras del propietario de Cafés El Criollo, Santiago Lascasas. Una serie de 17 obras que podrá verse en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Paseo Independencia hasta el 31 de octubre. "Con las manchas de café se ha dibujado desde siempre, eso es lo que quería reproducir", afirma el artista, que procura no dar mucha importancia a esta colección. "Están hechas todas sin dibujar antes, aunque es verdad que he descartado muchas".

Es precisamente esta inmediatez lo que Cerdá buscaba, la habilidad de que del trazo rápido y casi garabateado salga arte. "Si quieres hacer bien las acuarelas es imposible. La acuarela tarda lo que quiere ella, no tú", explica.

Divididas en tres sistemas: inmersión, goteo y presión, las máquinas representadas van desde la simpleza de la italiana que puebla la mayoría de los hogares a artilugios antiguos con multitud de tubos de los que difícilmente se deduce su funcionamiento a simple vista.

Ahora bien, Cerdá es de los que toma el café fuera de casa, sin necesidad de prepararlo: "cojo una bicicleta por las mañanas para ir al bar y tengo suerte de que todo el camino es cuesta abajo", contó para divertimento de los asistentes a la inauguración.

Oler y saborear, pero no ver

Ninguna de las cafeteras representadas por Cerdá era tan moderna como la que empleó el barista y ‘mixólogo’ Luis Inchaurraga en la demostración de las dos nuevas recetas de las cafeterías Espresso: ‘Sueño de caramelo’ y ‘Machiato Downtown’.

Moderna, pero no compleja, ya que con solo pulsar un botón la máquina expulsa la espuma caliente que tanto entrenamiento y maña requeriría elaborar artesanalmente –aunque sea bastente menos vistoso para el espectador–.

La presentación también vino acompañada por una cata de café a ciegas conducida por el propio Inchaurraga y la sumiller y periodista especializada en gastronomía Meritxell Falgueras. Para participar en ella, los participantes se colocaron un antifaz y procedieron a oler diferentes aromas con el objetivo de excitar su sentido del olfato. El cardamomo, el clavo o el cacao fueron algunos de los elementos que, sin saberlo, olisquearon.

La enseñanza principal de la actividad fue que toda cata de café conlleva un ritual de tres pasos: mirar el color del café y la consistencia de la crema –que no espuma, eso es para la cerveza–, romperla con una cucharilla para catas y olerlo y, en último lugar, probarlo. Solo así se consiguen distinguir los matices que permitirán diferenciar entre dos expresos que a simple vista parecerían idénticos –algo mucho más fácil cuando Falgueras explica con precisión las familias aromáticas que se desprenden de la taza o los pequeños toques en el sabor del café–. "Cada persona tiene su propio gusto", explica la sumiller para alivio de aquellos catadores que no han acertado a adivinar si el sabor del café era más bien ácido o más bien amargo.

La cantidad de factores a los que atender puede abrumar a los recién iniciados, pero no hay que preocuparse, ya que dominar este tipo de catas "puede llevar años de práctica", según Inchaurraga.

Algunos de los puntos a tener en cuenta–y de los que poder presumir tomando café con amigos–, son que la crema sea compacta, tenga un color atigrado y conste de burbujas finas. Uno de los trucos para terminar de captar los sabores y aromas sería considerado como algo maleducado en cualquier otro contexto: sorber. Y cuanto más fuerte, mejor. Puede resultar desagradable, pero es la única forma de que no se escapen esos pequeños matices que se buscan.

El mejor barista, la mejor barista

Pero si hay alguien experto en café, ese es el barista, y en Aragón está uno de los mejores ejemplos: Héctor Hernández, ganador hasta en cuatro ocasiones del premio nacional al mejor barista en la categoría Latte Art. Actualmente Hernández compagina las ocho horas diarias de entrenamiento que le dedica al campeonato mundial, que se celebrará en noviembre en Brasil, con el fomento de la actividad del barista en Aragón.

"Siempre me quise dedicar a esto, pero ahora es importante fomentar la figura del barista. Afortunadamente se conoce y se reconoce más a que antes, estamos apostando por ello", explica. Por esa razón se ha puesto al frente del campeonato de Aragón de baristas organizado por la asociación Fórum Cultural del Café, que se celebró ayer en Puerto Venecia y escogió a Andrea Dutti como Mejor Barista del año en nuestra Comunidad.

"Estoy muy orgullosa, pero, sobre todo, eufórica. Había mucho nivel, todos han estado bastante bien, pero estoy muy orgullosa por haber ganado el campeonato", dijo Dutti nada más conocerse el fallo del jurado.

Pero Dutti no solo ha sido la ganadora del primer premio, sino que también se ha alzado con el galardón al Mejor Espreso y a la Mejor Bebida Especializada. Esta última, según Hernández, tenía "un nivel de complejidad altísimo", ya que consistía en una mezcla de ciruela negra y amarilla, miel y licor de nísperos servida en unas botellas pequeñas con una decoración floral.

Pero el camino de la barista, que ya venció en el anterior campeonato, no ha sido fácil para llegar hasta aquí. Han sido necesarios dos meses de entrenamiento desde la concepción de la idea hasta el día de hoy. Ahora, ya tiene la mirada puesta en el campeonato nacional que, por el momento, no tiene fecha. "Nos tenemos que preparar. En cuanto sepamos cuándo es, empezaremos a darle caña porque queremos que Aragón tenga un buen puesto", afirmó la barista.

El campeonato pilló por sorpresa a los asistentes al centro comercial, muchos de los cuales ni siquiera conocían la labor de los baristas. "Las personas que pasaban por aquí se han sorprendido mucho, hasta los familiares de los concursantes se han quedado alucinados", contó la presentadora de la competición Silvia Cebolla.

La emoción, como en todo buen concurso, fue parte del acontecimiento. "Ha sido muy emotivo, casi todos los baristas han llorado al terminar sus creaciones porque llevan un mes y medio o más entrenando", dijo Cebolla. Para Hernández, "ha sido una locura total. Te emociona y te sientes muy satisfecho por haber podido realizar un campeonato así".

Sin embargo, Dutti no fue la única ganadora de esta semana dedicada al café. Ismael Moraleda y Daniel Cisternas fueron, respectivamente, el segundo y tercer clasificados. Por otro lado, el Mejor Latte Art correspondió a Lenissa Tejada.

El verdadero vencedor de este concurso fue, no obstante, el oficio del barista, ya que las mil personas, aproximadamente, que pasaron en algún momento por la competición conocen ahora el papel de este profesional en el complejo mundo del café.

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