Meriendas: placer adulto

¿Desde que dejó atrás la infancia sus meriendas consisten en comerse las sobras de las de sus hijos o en asaltar la nevera? Le ofrecemos ideas para dignificar este tentempié vespertino.

Es común que la adultez y las exigencias del día a día acaben con la merienda como ritual. Esta comida vespertina forma parte de la rutina de los niños como el colegio o los dibujos animados, pero cuando uno se hace mayor lo más habitual es que el tiempo dedicado específicamente a la merienda desaparezca y pase a ser un asalto ansioso a la nevera o, si se es padre, consista la mayor parte de las veces en comerse por la calle los restos del bocata de los hijos. Es curioso que en un país que tiene tan instalada la costumbre del almuerzo o del café de media mañana, que se eterniza en vermús toreros o ha abrazado novedades foráneas como el 'brunch', no se tome el mismo tiempo para la merienda. O por lo menos, no esté institucionalizada de la misma manera a nivel social, tal es el caso del té de las cinco en el Reino Unido.

Es algo que pretende cambiar Isidro González, propietario, entre otros negocios hosteleros, de  la cafetería Doña Hipólita (plaza de San Felipe). El coqueto establecimiento prepara para noviembre (una vez pasado  el ‘tsunami’ de las Fiestas del Pilar) una carta de meriendas. Tortitas y gofres recién hechos formarán para sustancial de una oferta específica en la que González ve "un nicho de mercado". "Es cierto que el ritmo de vida que llevamos, sobre todo por las tardes, cuando los niños salen del colegio, hace difícil dedicar tiempo a la merienda", piensa el restaurador, quien también ve motivos relacionados con el concepto de "saludable". "Mucha gente huye del dulce", cree González. También, que los hosteleros, en general, "no miman tanto la oferta para comer por la tarde como por la mañana".

Cinco comidas

Sin embargo, los dietistas defienden  la necesidad de comer cinco veces al día. Y, como todo en la vida, la merienda y la ingesta de dulce es cuestión de equilibrio. Y de calidad. De eso sabe Sura Ascaso, cuya familia lleva años dedicándose a facturar algunos de los mejores dulces del país (Pastelería Ascaso). Para ella "sería genial" que la merienda se institucionalizase, por lo que tiene de herramienta "para cambiar el ritmo diario". La oscense reconoce que ella misma tiene problemas para encontrar ese hueco para la merienda. Pero cree que merendar "es muy razonable, sobre todo en un país en el que se cena tan tarde". Ella aboga por tomar algo de fruta o un yogur y añadirle algún toque dulce o un hojaldre con queso y salmón.

Picar antes de cenar

"Es habitual en España que la gente pique  algo en compañía antes de comer, pero no se suele hacer lo mismo con la cena", reflexiona la estilista Inés Garp. Sin embargo, cuenta que, personalmente, le seducen cada vez más los planes de tarde en lugar de los noctámbulos y, en ese sentido, la merienda entre amigos le parece una opción ideal. Y si es merienda-cena, mejor.

Laura de la Rúa, repostera en la cafetería Mi Habitación Favorita (Espoz y Mina, 33) y creadora de la marca de confituras artesanales Mi Mermelada Favorita, también encuentra en el horario de tarde una de las principales ventajas de la merienda como acto social. Desde que es madre, fomenta estos encuentros que concibe con una mezcla de dulce y salado y "con un sorbito de alcohol, preferiblemente cava, para celebrar". Dice Laura que a Mi Habitación Favorita acude mucha gente a merendar y a probar sus ricas tartas, pero cree que la merienda tiene también una faceta de placer individual: "Me encanta merendar sola con un libro".

Meriendas para chuparse los dedos...

El jardín de las delicias, en la Hamburguesería Heroísmo. G. B.

Soraya Ejea, de la Hamburguesería Heroísmo (Heroísmo, 22), ha concebido, junto a la florista María Aliaga (Ramón y Cajal, 45), esta merienda que trata de evocar las de su infancia: "Mis padres me daban unas veces fruta, otras bocata y otras, dulce". El bocata (fotos de la derecha) es pan brioche de albóndigas de ternera con salsa española, chips de patata, sour cream, cebollino y chucrut. El dulce (en el centro) es una tarta de té matcha y mousse de chocolate blanco adornada con flor natural. El toque frutal lo ponen unos higos de temporada con crema de mascarpone, nueces y vinagre balsámico de moscatel.

Merienda en Mi Habitación Favorita, en el Hotel Sauce. Toni Galán

Laura de la Rúa concibe la merienda como un acto social con amigos, que comprende dulce y salado. Incluye bagels de jamón y queso, tostada con mermelada de tomate y chile de Mi Mermelada Favorita, tarta de frambuesa con limón, pastel financiero sin gluten con ‘curd’ de limón y, para beber, chocolate, té orgánico, limonada rosa, zumo de frutas del bosque y, por qué no, un sorbito de cava.

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