¿Hay algo más terrible que llegar a casa deshidratado en verano, cuando en la calle se superan los 40º, y que no haya agua fría en la nevera? ¿O estar en la playa y que las bebidas se hayan recalentado porque a alguien se le ha olvidado meter la nevera portátil bajo la sombrilla? Cuando el calor apremia, no hay nada más necesario que un trago fresquito que ayude a calmar los sofocos estivales, y cuando lo que se tiene a mano está a temperatura ambiente, el chasco es terrible.

Sin embargo, hay un truco muy sencillo y rápido (en tres minutos está listo) para poner fin a estas situaciones y disfrutar siempre que se quiera de una bebida helada que ayude a alejar el calor, al menos, durante unos minutos. Lo único que se necesitará será una bolsa de hielos y una buena cucharada de sal.

¿Se puede enfriar una bebida en menos de tres minutos?

Disfrutar de una bebida bien fresquita está al alcance de cualquier, pues solo se necesita un recipiente profundo (los cubos y palanganas son los más apropiados) que se rellenará de hielos. A continuación, solo hay que añadir una cucharada sopera de sal, remover y enterrar bajo los cubitos los refrescos que se necesitan enfriar. En menos de tres minutos, se puede llegar a bajar la temperatura de la lata o de la botella hasta diez grados.

Hay que agradecerle esta veloz maravilla a la reacción endotérmica que se produce cuando se disuelve sal en agua, pues esta primera es capaz de absorber el calor de la lata, de tal manera que el frío de los hielos pasa más rápido al recipiente que se ha metido a temperatura ambiente. Un equilibrio perfecto entre todos los participantes que permite disfrutar de un refresco bien fresquito en menos de tres minutos.

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