Cinco platos de carne y pescado para comer en frío este verano

Los platos fríos ganan protagonismo en la época estival y van mucho más allá de las ensaladas y las cremas de verduras.

Carpaccio de carne con guarnición.
Carpaccio de carne con guarnición.
Pixabay

No solo apetecen más con la llegada de las altas temperaturas, sino que son la opción ideal cuando se quiere cocinar con antelación o cuando se piensa en un pícnic al aire libre.

Por uno u otro motivo, los platos fríos ganan protagonismo en la época estival y van mucho más allá de las ensaladas y las cremas de verduras. Olvida los asados, las planchas, las brasas y los guisos en las jornadas veraniegas y apuesta por segundos platos idóneos para disfrutar en los días de más calor. ¿Tomas nota de las siguientes recetas?

Conejo en escabeche: el escabechado es una forma muy antigua de conservar los alimentos. Se necesita una medida de vinagre por una y media de aceite y media de agua. Todo ello, con laurel, sal, ajos y pimienta en grano al gusto permite hacer una salsa que va bien con casi cualquier tipo de carne y de pescado, pero que se recomienda especialmente con conejo y aves. Se cocina todo junto una media hora (o quince minutos si se hace en olla exprés) y puede permanecer en el frigorífico durante varios días. Merluza con mayonesa: se cuece la merluza en un caldo de verduras como zanahoria, puerro y cebolla y se incorporan hierbas aromáticas al gusto. Una vez cocida se le quita la piel y las espinas y se deja enfriar. Después, se cubre con la mayonesa, si puede ser casera, y… ¡lista para comer! Un plato sencillo e ideal para disfrutar del pescado en verano. Pastel de carne: una forma sencilla de prepararlo es alternando en un molde o recipiente profundo las capas de un sofrito hecho con carne picada con las capas del puré de patata. Para el primero, puede usarse cerdo, pollo, pavo o ternera, mezclado entre sí, y salteado con un picado de verduras y unas cucharadas de salsa de tomate para que ligue e, incluso, se puede añadir una pizca de harina o pan rallado para que espese la mezcla. Las porciones del pastel contemplarán varias capas, entonces, que se degustarán en frío. Pechugas empanadas: es la opción más rápida y socorrida cuando se quiere preparar algo en la cocina que no se va a comer inmediatamente. Las pechugas de pollo pasadas por huevo y pan rallado son un bocado tierno y sabroso que gusta a todas las edades. Si se quiere dar un toque diferente, se pueden poner ajo picado y perejil en el huevo o probar con otras especias como pimienta, curri o salsa de soja. Carpaccio de atún: lo más complejo es conseguir cortar el lomo de atún en filetes muy finos, así que quizá es aconsejable pedir que lo hagan en la pescadería cuando se vaya a comprar. Una vez se disponen los filetes en un plato, se riegan con limón, aceite y una chorradita de un vinagre suave. Para terminar se le puede añadir hinojo o eneldo. La clave es que esté reposando mínimo los quince minutos para que se impregnen bien los sabores en el pescado.También se puede hacer un carpaccio de solomillo de cerdo o ternera, que se puede adquirir en el supermercado en bandejas y cortado a filetes. El limón, el vinagre y el aceite se mezclaría en este caso con alcaparras y pepinillos para conseguir una combinación redonda.

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