El cierre de cientos de restaurantes de KFC en el Reino Unido desata la crisis del pollo

Si hay un rey del pollo frito actual, con permiso de Ramoncín, es la cadena de restaurantes Kentucky Fried Chicken. Sus platos del ave rebozados y pasados por la freidora triunfan en todos los rincones donde se establecen, incluida la capital aragonesa. De la adicción que despierta entre parte de los ciudadanos la cadena KFC da medida la reacción que tuvo el cierre, este lunes, de 700 de sus 900 establecimientos en el Reino Unido e Irlanda debido a la falta de existencias de pollo por un problema de distribución de la empresa alemana DHL. A los clientes de los restaurantes de KFC les ha resultado difícil entender cómo se han podido quedar sin el ingrediente principal de sus platos.

El problema, lejos de remitir, todavía se mantiene este miércoles. Así, permanecen cerrados todavía 500 restaurantes FKC, mientras que los que están abiertos no ofrecen toda la carta completa.

La ya bautizada como "crisis KFC"  ha requerido que se pronuncie incluso la Policía británica. Ante las masivas llamadas que están recibiendo en sus oficinas para protestar por el cierre de establecimientos,  han tenido que emitir comunicados en las redes sociales:

“Por favor no contactéis con nosotros sobre la #KFCCrisis: no es un asunto policial si vuestro restaurante favorito no está sirviendo el menú que deseáis”. Este tuit ya ha cosechado 15.000 me gusta y se ha retuiteado casi 10.000 veces. Entre los comentarios que ha recibido figuran desde cadenas que son competencia de KFC y se ofrecen como alternativa a sus clientes, hasta quienes critican que no solucionen el problema.

Los establecimientos de KFC en España, incluido el ubicado en Puerto Venecia en Zaragoza, no están afectados por esta crisis porque trabajan con pollos de granjas nacionales.