Una corporación de Derecho Público

La Academia Aragonesa de Gastronomía ha celebrado este mes su primer pleno como corporación de Derecho Público, tras casi 22 años de trayectoria como asociación privada sin ánimo de lucro.

La sesión se celebró en el salón de plenos de la Institución Fernando el Católico, sede habitual de la academia, y a ella asistieron más de la mitad de los 30 académicos de número y los cuatro correspondientes que conforman la nueva corporación.

En los próximos meses, la entidad tiene previsto solicitar el titulo de Academia Asociada al Instituto de España, alcanzando así una categoría similar a la que ostentan las reales academias nacionales o autonómicas. Esta equiparación al resto de academias, que lo es gracias al decreto de junio del año pasado publicado en el ‘Boletín Oficial de Aragón’, "supone sin duda para la junta rectora y los académicos que la componen, además de una gran satisfacción, el compromiso de mejorar sus tareas intelectuales, didácticas y de investigación, así como a incrementar, si cabe, sus relaciones con la sociedad aragonesa y sus órganos institucionales", señala el presidente de la academia, Ángel González Vera.

Con la gastronómica, Aragón tiene ahora seis reales academias: Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis (fundada en 1792 bajo el reinado de Carlos IV); Real Academia de Medicina (fundada en 1831, bajo el reinado de Fernando VII); Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas, Químicas y Naturales (fundada en 1916); Academia Aragonesa de Jurisprudencia y Legislación (fundada en 1995) y Academia de Farmacia Reino de Aragón, que fue fundada en 2008.

Además de por su presidente, la junta rectora de la Academia Aragonesa de Gastronomía está compuesta por los siguientes miembros: Miguel Caballú, vicepresidente; Juan Barbacil, secretario; Francisco Albalá, tesorero; Agustín Castejón, bibliotecario; y los vocales Juan Cacho, Luis Ros y Francisco Bentué.

"Los objetivos fundamentales de la academia, tal y como se indican en el preámbulo del artículo 2 de los estatutos, tienen carácter científico, educativo, cultural e histórico, en beneficio de la investigación, mejora y difusión de la gastronomía española, de la alimentación y el bienestar de las personas, de la salud pública e individual, del mantenimiento y trasmisión de las tradiciones populares, y de la mejora profesional de sus factores. Hay que destacar su condición de órgano asesor de las autoridades políticas y administrativas, así como el carácter vocacional de su labor pedagógica", concluye Ángel González.

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