Se acercan las fiestas navideñas, época en la que los brindis con vinos espumosos de calidad (champán y cava, fundamentalmente) son casi obligados para dejar constancia de la alegría y del reencuentro de familias y amigos.

Como es bien sabido, por circunstancias ajenas a la calidad de los productos o de las preferencias gustativas, en los últimos tiempos se están disparando las ventas de cava y de otros espumosos elaborados en Aragón, de tal manera que las bodegas que los hacen ya no dan abasto a tanta demanda.

En la Comunidad Autónoma aragonesa solo se pueden hacer espumosos denominados ‘cava’ en los municipios de Cariñena, Ainzón y Calatayud. Hay que tener en cuenta que hay bodegas que comercializan cava con sus propias marcas pero que han sido embotellados en otras zonas de Aragón o del resto de España. Y las que no tienen autorización para elaborar cava, solo pueden comercializar vinos espumosos sin esa denominación, lo cual no quiere decir que no tengan igual o mayor calidad que otros que están acogidos a la citada indicación geográfica protegida.

¿De dónde es el cava?

Otro detalle interesante para el caso de consumir cava de una u otra procedencia es que el reglamento de la D. O. Cava permite la circulación de botellas en fase de rima o punta –es decir, antes del degüello y colocación del tapón definitivo– entre bodegas de distintas partes de España pero que estén acogidas a la D. O. Cava. La única limitación para una bodega que quiera comprar botellas es que no supere el 25% de su producción propia. Y otra condición requerida es que las botellas objeto de circulación tendrán que haber permanecido un mínimo de nueve meses, contados desde el momento del tiraje, en la empresa elaboradora. Eso quiere decir que puede darse el caso de que cualquier consumidor que adquiera cava de Aragón, o de Rioja, o de Extremadura, por ejemplo, puede estar tomando cava catalán pero con etiqueta de otra bodega no catalana.

En cualquier caso, con vistas a las próximas celebraciones, reflejamos en esta relación todos los cavas y vinos espumosos que se hacen en Aragón para facilitar su identificación a posibles compradores. Hay que hacer hincapié en que este tipo de vinos espumosos son muy versátiles a la hora de combinar con alimentos por su sabor ligero, porque normalmente tienen niveles altos de acidez y por el carbónico que los hace más refrescantes. Tienen mucho que decir, no solo a los postres sino a lo largo de todo el ágape.

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