La huerta zaragozana
La borraja, patrimonio agroalimentario europeo desde 1997.
Son muchos los factores que juegan a favor de la huerta zaragozana y, por lo tanto, de la excelencia de sus productos: el clima, una orografía idónea, una tierra fértil y la confluencia de tres ríos diferentes (Ebro, Huerva y Gállego). Con este inmejorable cóctel de ingredientes, no es de extrañar que la zaragozana sea, además de ubérrima, una huerta en la que el nivel de calidad y excelencia de sus vegetales es sobresaliente.
Productos como la cebolla de Fuentes de Ebro, el espárrago, los ajos de Bardallur y Arándiga, el tomate de Utebo o el cardo de Cadrete, Muel o Mozota son todo un lujo para el paladar.
Y, por supuesto, y además de todos estos, no podemos olvidar a la gran protagonista, la reina, de la huerta zaragozana: la borraja, uno (si no el más) de los alimentos más paradigmáticos de la gastronomía aragonesa, patrimonio agroalimentario europeo desde 1997, presente en todos los hogares aragoneses desde tiempos inmemoriales.