Bodegas Alodia, de Adahuesca, viene desarrollando una labor muy destacada, desde hace ya algo más de una década, en el cultivo y elaboración de vinos de variedades autóctonas que han estado en peligro de desaparición y que forman parte del patrimonio vitivinícola de Somontano desde tiempo inmemorial. Uno de sus vinos que más reflejan este trabajo es el Alodia Alcañón, una uva blanca que tal vez sea la variedad local más olvidada en el Somontano durante el periodo de desarrollo de la denominación de las últimas décadas, llevándola casi a su desaparición. Y ello, posiblemente, porque "las aptitudes enológicas de la variedad no eran, a priori, tan favorables como las de otras uvas internacionales a la hora de obtener vinos de calidad", según Sergio Labata, propietario y enólogo de la bodega.

En 2006 ya salió de Alodia el primer varietal 100% de alcañón y en la actualidad sigue siendo uno de los vinos icónicos de la empresa, única que elabora en Somontano un monovarietal de esta uva, de difícil elaboración porque requiere muchos cuidados en la viña, tiene una maduración tardía y baja productividad.

La última añada, 2016, ha salido hace pocas semanas al mercado y el vino ofrece evidentes cualidades aromáticas y gustativas que lo hacen muy atractivo para los consumidores. Tiene un color amarillo verdoso y unos aromas frescos muy originales, en los que destacan notas frutales como las manzanas verdes y los cítricos. En la boca es muy redondo y fácil de beber, gracias a su acidez y bajo grado alcohólico, fijado en el 12%, dejando algunas sensaciones minerales y de frutas blancas, además de especias como la vainilla

Para apreciar bien sus cualidades debe servirse a 7º C. El precio aproximado de cada botella es de 12 euros.

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