La empresa familiar Bodegas Pegalaz acaba de poner en el mercado una nueva joya que viene a enriquecer el ya paradisiaco universo de la garnacha aragonesa. Se ha presentado esta semana en el restaurante La Encantaria, cuyo chef, Joan Rosell, se aplicó con sabiduría para que los platos estuviesen al nivel de este  y el otro vino de la bodega, el Firé 2011, que se daban a conocer a la prensa especializada y a varios sumilleres zaragozanos.

Se trata del Firé Garnacha 2014, un vino que merece de verdad el calificativo de ‘espectacular’, adjetivo que se aplica a menudo, sin ton ni son, a productos gastronómicos de muchos sectores.

Estamos ante un tinto elegante, complejo y que atesora unas cualidades que solo determinadas características de clima, altitud y suelo pueden conceder, como son las que se concentran en esta zona de la ribera del río Gállego, cuyo potencial cada vez más consumidores avezados se afanan en disfrutar. Jorge Navascués, autor de este vino, está plenamente satisfecho con el resultado de esta nueva referencia de la coqueta bodega. Y no es para menos, pues es una garnacha con una tipicidad de la que pocos vinos pueden presumir. Destaca su fresca acidez sobre una partitura sinfónica de aromas frutales y tostados que van evolucionando a lo largo de los minutos. El único pero que le podemos poner a este varietal de garnacha es que de esta añada solo han salido 4.000 botellas al mercado, así que es de suponer que pronto quedaremos desabastecidos de este rico abanderado de nuestra uva más representativa.

En cuanto al Firé 2011, toma con energía renovada el testigo de las añadas precedentes, manteniendo el mismo ‘coupage’: cabernet, merlot y tempranillo. Me gustan los taninos maduros y tonos balsámicos que caracterizan este vino, que va muy bien con platos de caza, como quedó patente con el lomo de ciervo a la plancha con que lo acompañó el chef.

-Ver otras noticias de vinos recomendados

-Ir al suplemento de gastronomía