Platos orientales con todo el sabor y exotismo

Los platos y productos de países de la península de Indochina, como Tailandia y Vietnam, son cada vez más populares en Zaragoza.

Elvira Morán, cocinera y propietaria del restaurante Noodles Pad Thai de Zaragoza.
Elvira Morán, cocinera y propietaria del restaurante Noodles Pad Thai de Zaragoza.
Vanesa Castellano

Hace muy pocos meses que abrió en Zaragoza el primer restaurante de cocina tailandesa que se implantaba en la ciudad: el Noodles Pad Thai. Fue en un pequeño local del barrio de La Almozara, que rápidamente se quedó pequeño ante el aumento de la clientela fija y eventual del establecimiento. Así que la propietaria del restaurante, Elvira Morán, decidió trasladarse a un local mucho más amplio, situado en la avenida de la Ilustración, 5, en el pujante barrio de Montecanal. En poco más de dos meses, este sitio ya se ha hecho muy popular entre los vecinos de esta parte de Zaragoza y entre el resto de zaragozanos que aprecian la cocina picante y sabrosa proveniente de este lejano país de la península de Indochina.

Las perspectivas del negocio son tan amplias, que los responsables del Noodles Pad Thai de Montecanal van a emprender este mismo mes de marzo la aventura empresarial de creación de una franquicia para implantar estos restaurantes por toda la geografía nacional. De hecho, esta misma semana han firmado un acuerdo con Mundo Franquicia para expandir el modelo por todo el país.

La clave de su éxito radica en ofrecer platos de la cocina tradicional tailandesa, muy aromática y elaborada con productos saludables, que gustan a casi todo el mundo y que, además, se sirven con raciones muy generosas.

De alguna forma, han supuesto una ventana de aire fresco que deja entrar nuevas propuestas de cocina oriental bastante alejadas de los platos tópicos de las culturas gastronómicas chinas con los que nos han saturado en las últimas décadas.

Propuestas como el padthai y el noodles original gozan del máximo predicamento entre la clientela. El padthai (tallarín de arroz que se acompaña con salsa especial de la casa) se ofrece en distintas versiones: vegetal, de pollo, de ternera, de langostinos, o mixtos (pollo y langostinos, o con tres ingredientes).

Las mismas opciones existen para el noodles, cuya base son los tallarines de huevo con verduras salteadas y la salsa de la casa. En todos los casos, se puede elegir el grado de picante (suave, medio o intenso).

Rollitos y tempuras

Muy importantes son también los apartados dedicados a las sopas, un plato básico en la cultura oriental –los langostinos y el pollo siguen siendo los ingredientes más versátiles– y al curry, con el arroz como parte imprescindible del binomio, y de nuevo langostino, pollo o ternera al lado. Se puede elegir entre curry rojo, amarillo, verde, massaman o panang.

En la carta se ofrece además una sección para arroces fritos salteados con verduras, huevos y salsa, que se acompañan de los recurrentes ingredientes carnívoros ya enumerados.

Y, entre los entrantes, no faltan los típicos rollitos orientales (vegetales o de pollo), las alitas de pollo picantes al estilo thai o unas exquisitas verduras en tempura que se sirven con salsa de chile dulce.

Así que su carta es un compendio de los platos más típicos de aquel lejano país, en los que se combinan sabores para nuestro paladar un poco difíciles de congeniar, como el picante del chile, el ácido de la lima, el salado de algunas salsas y el dulce de otras.

Como es lógico, para algunos comensales españoles, hace falta un periodo de adaptación a las propuestas gustativas más potentes y de ahí que se ofrezcan distintos grados de picante para los diferentes platos.

Cocina de la abuela vietnamita

De la península de Indochina llega también la cocina que ofrecen en el Rincón de Hanoi, un local situado en la calle de Torrenueva, 17, casi en la misma plaza de San Felipe, en pleno centro histórico de la capital aragonesa. Al frente está Hao Lê Thanh, una cocinera que practica, según afirma ella misma, la cocina que le enseñó su abuela. O, sea, auténtica cocina tradicional vietnamita. Hao ejerció, antes de recalar en la capital aragonesa, como cocinera en varias embajadas occidentales en su país. También en la de España, donde conoció al español que es su marido.

Hace muy pocas semanas que el matrimonio abrió el Rincón de Hanoi y, al igual que ocurrió con el Noodles Pad Thai, han tenido un éxito arrollador. Gozan ya de una clientela fija y son muchos los zaragozanos que entran al ver el local para interesarse por su oferta. Cada día van cambiando los platos que se ofrecen para llevar, para comer en casa o en el trabajo. Hay alrededor de una docena de propuestas diarias y nunca pueden faltar en estos meses de invierno, por ejemplo, las sopas: la picante y la de pollo.

Entre las sopas calientes, destaca el hot pot vietnamita, en la que se añaden distintos productos según el gusto de cada cual, como pescados y mariscos, verduras o setas.

Cómo hacer los rollitos

Son fijos también los rollitos y los platos de fideos, elaboraciones que gustan mucho a los niños. Suele haber, además, una ensalada; por ejemplo, la de soja y pollo, o la de piña. Los mariscos, como el gambón, pueden centrar una de las opciones que van cambiando en la pizarra del Rincón de Hanoi, mientras que la ternera suele usarse en un guiso con curry. El arroz puede acompañarse también de ternera o de pollo.

La cocina vietnamita es muy variada y tiene cierta influencia francesa. Entre sus platos típicos se encuentran el estofado asiático, los rollitos vietnamitas, platos con mariscos, las sopas, los currys y, por descontado, el arroz, que es la base fundamental de la alimentación vietnamita.

El rollito vietnamita es un rollo elaborado con una hoja de papel de arroz y relleno de diferentes verduras picadas al estilo juliana y algo de carne picada, revuelto todo ello.

En la receta que va en esta misma página se especifican los ingredientes y los pasos para elaborar unos auténticos rollitos de este país. Hay que tener en cuenta que el papel de arroz debe remojarse durante pocos segundos para evitar que se ablande demasiado y se rompa.

Hay que evitar también rellenar en demasía los rollitos para facilitar su enrollado y cierre y para evitar que revienten cuando los friamos en la sartén. Habrá que echarlos, cuando esté el aceite de oliva bien caliente, con la parte abierta hacia abajo para que se sellen y no se salga el relleno.

Después del arroz, la fruta y la verdura forman la base de la dieta vietnamita y destacan por su gran calidad y variedad.

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